La especie humana no es el final, es el comienzo de la evolución

Con este subtitulo se pretende dar a conocer, sobre las nuevas teorías de evolución de las especies en nuestro planeta, que aún son fuente de diversas críticas y discusiones.

La tecnología nos permitirá pronto rediseñarnos a nosotros mismos y el transhumanismo es la primera cultura de este cambio.

Nuestra especie no cambiará en el futuro por una lenta evolución biológica, sino por una nueva, rápida y directa evolución tecnológica que nos permitirá rediseñarnos a nosotros mismos en muchos sentidos. Esta aproximación futurista es conocida como transhumanismo y se basa en la premisa de que la especie humana no representa el fin de la evolución, sino el comienzo. La humanidad ya está empezando a conocer las implicaciones de esta evolución tecnológica, particularmente aquellas en el área de la moral. Es el camino hacia el “demiurgo” racional permanente en el espacio y el tiempo. (José Cordeiro.)

La cultura popular está familiarizada con una nueva terminología: ingeniería genética, cyborgs, inteligencia artificial, singularidad, posthumanismo. El término posthumano parece estar ganando más y más importancia año tras año, especialmente en los medios y círculos académicos y entre la tecno-intelectualidad.

Futuristas como Alvin Toffer sugieren que el mundo se mueve rápidamente hacia una “cuarta ola” en la cual los seres humanos van a devenir ellos mismos en posthumanos, gracias a los numerosos y simultáneos avances tecnológicos. Tal cambio ha sido descrito por algunos expertos como análogo al cambio experimentado en la evolución de los simios a humanos.

Sin embargo, ya que los futuristas hacen estos grandes pronósticos, -y nosotros utilizamos el término posthumano con toda normalidad- ¿sabemos realmente lo que le espera al Homo Sapiens.

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El cuerpo humano es un buen comienzo, pero podemos mejorar su calidad, y trascenderlo.

La evolución a través de la selección natural puede que esté acabando, pero la evolución tecnológica no ha hecho más que empezar, acelerándose considerablemente muy recientemente.

La tecnología, que empezó a mostrar dominio sobre los procesos biológicos por primera vez hace 100.000 años, está finalmente dando alcance a la biología como la ciencia de la vida.

Semilla humana

Si creemos que la evolución biológica ha alcanzado un límite, ¿qué es lo que vendrá luego? El ingeniero finlandés Pentti Malaska intentó contestar esta pregunta en 1997 durante un discurso en Brisbane, Australia, cuando era presidente de la Federación Mundial de Estudios sobre el Futuro. Malaska especula sobre varias generaciones de no humanos biodiseñados en la cadena de producción de la evolución.

También el transhumanismo discute la disponibilidad de los medios que eventualmente nos permitirán ir más allá de lo que más nos describe como humanos.

Los transhumanistas creen que, a través la acelerada marcha del desarrollo tecnológico y el entendimiento científico, estamos registrando toda una etapa en la historia humana.

Estamos empezando en nuestros tiempos en el rediseño humano, el destino es todavía muy desconocido. Pero a pesar de todas las preguntas no contestadas, se tiene   unas cuantas pistas que nos pueden ayudar a especular sobre lo que realmente se quiere decir por organismo posthumano —incluso siendo conscientes de que, con toda posibilidad, no nos Espera un solo tipo de post humano, sino varios.

El experimento de Miller consistía en un circuito cerrado compuesto por un pequeño matraz con su cuello y dos comunicaciones, una de salida y otra de entrada que conectaban el circuito. Se llenaba el matraz con agua y el resto del aparato con una mezcla de metano, hidrógeno y amoniaco. Además de las anteriores partes se encuentra una cámara de descargas con electrodos de tungsteno y un condensador con agua en la parte inferior del matraz.

Algunos experimentos llevados a cabo en el laboratorio con la ayuda de reconstrucciones computarizadas de la atmósfera, indican que el principal componente de ésta fue el dióxido de carbono y el nitrógeno liberado por los volcanes, ya que las moléculas de hidrógeno habrían sido destruidas y el hidrógeno libre habría escapado al espacio gracias a las radiaciones ultravioletas. Dicha situación habría hecho imposible la síntesis de aminoácidos y otros precursores de la vida.

Teoría de la Generación espontánea

La creencia de que la vida se generaba espontáneamente se sostuvo hasta mediados del siglo XVII. En esa época existían diversas teorías que sostenían la generación espontánea entre las que se cuentan que los pájaros brotaban de las frutas y los patos de las conchas marinas, que los abetos expuestos a la sal marina producían gansos, entre otros. Todo esto conducía a pensar que el hombre había sido creado por Dios y que las demás criaturas surgían por generación espontánea en el fango o materia en descomposición.