De todos los problemas bioéticos planteados por la ingeniería genética hay uno que se ha convertido últimamente en el centro de debate público: la clonación. La clonación es una forma de reproducción no sexual, que se da naturalmente en muchas plantas junto a la reproducción sexual y que, a diferencia de esta última, produce copias genéticas exactas de la planta originaria. Los ejemplos más conocidos son las patatas y las fresas.
El par de testículos se desarrolla dentro de la cavidad abdominal, pero en el hombre y en otros mamíferos, desciende poco antes o después del nacimiento al saco escrotal, que es una Evaginacion de la pared corporal, cubierta por una laxa bolsa de piel.
La cavidad del saco escrotal es parte de la cavidad abdominal y se une a ella por el canal inguinal. Después de haber descendido los testículos, este canal generalmente se cierra por el crecimiento de tejido conectivo. El descenso normal de los testículos al saco escrotal es necesario para la reproducción de espermatozoides. Si los testículos permanecen en la cavidad abdominal, la temperatura existente en ella, ligeramente superior, evitara la Espermatogénesis.
Cada testículo está formado por aproximadamente 1.000 túbulos seminíferos, con longitud total de unos 250 metros muy enrollados, en los que se producen espermatozoides, y por las células intersticiales, situados en los túbulos, que producen hormonas sexuales masculinas.
El revestimiento de los túbulos seminíferos consiste en Espermatogonios, derivados de la células sexuales primordiales y células de Sertoly, que nutren los Espermatogonios al desarrollarse de células redondeadas a formas maduras con cola. La formación de espermatozoides avanza en olas a lo largo de los túbulos.
Los túbulos seminíferos están conectados, por medio de finos tubos, denominados vasos eferente, derivados de la rete testis, al epidídimo, que es un único tubo complejamente enrollado hasta de 6 metros de largo, donde se almacenan los espermatozoides. De cada epidídimo nace un conducto, denominado vaso deferente o conducto deferente, el cual sale de escroto por el canal inguinal a la cavidad abdominal, pasa por encima de la vejiga urinaria, y en la parte inferior del abdomen se une con la uretra.
La uretra, es un conducto que conecta la vejiga urinaria con el exterior. En el hombre pasa por el pené, flanqueado por tres columnas de tejido eréctil, que se ingurgita de sangre durante periodos de excitación sexual.
Los espermatozoides suspendidos en el líquido seminal, son transferidos a la vagina durante la copulación. El líquido seminal que varía de 2 a 5 ml por eyaculación, es producido por tres glándulas diferentes:
- Las vesículas seminales, vacían su contenido en el conducto deferente, inmediatamente antes de unirse a la uretra.
- Las glándulas prostáticus, que se encuentra cerca de la vejiga urinaria, que contribuyen con su propia secreción al líquido seminal.
- Las glándulas de Cowper, que se encuentra a nivel de la uretra, en la base del pené y los tejidos eréctiles, que aportan al líquido seminal con sustancias alcalinas, y un líquido lechoso característico, rico en fructuosa y glucosa.
Una operación que estriba en ligar y cortar el conducto deferente, denominada vasectomia, se utiliza mucho como medida anticoncepcional, para varones que ya no desean procrear.
Cortando el conducto deferente no se vuelve al hombre inmediatamente estéril, pues puede haber suficientes espermatozoides que persistan aun, en la parte inferior del conducto, aun después de 10 eyaculaciones. Cortando el deferente tampoco se interrumpe la producción de espermatozoides, ya que, a nivel del testículo, se siguen formando y pasan al epidídimo, donde mueren y son reabsorbidos, esto puede originar la producción de anticuerpos, para los antígenos de los espermatozoides. Si el hombre más tarde quiere volver a conectar el conducto deferente, quizá no recupere la fertilidad por la presencia de estos anticuerpos para sus propios espermatozoides.
Espermatogénesis. La Espermatogénesis que es la formación de espermatozoides, se realiza íntegramente a nivel de los testículos y más propiamente en los túbulos seminíferos, ya que sus paredes están tapizadas por células germinales primitivas, denominadas Espermatogonios, presentes en el embrión y en la infancia.
Al llegar la madurez sexual y por influjo hormonal, los Espermatogonios experimentan el proceso de la Espermatogénesis, que consiste en una serie de modificaciones de tipo mitótica y meotica.
La Espermatogénesis comienza con el paso de los Espermatogonios a unas células mayores llamadas espermatocitos primarios, estos se dividen (primera división meiotica), en dos células iguales, los espermatocitos secundarios, los cuales a su vez pasan por una segunda división meiótica, para 4 espermatidas, de tamaño idéntico. La espermatide célula esferoidal con bastante citoplasma, es un gameto maduro con numero haploide de cromosomas.
Para que sea un espermatocito funcional tiene que seguir un proceso complicado de crecimiento y modificación (pero no de división celular), ya que este proceso consiste en una contracción del núcleo que posteriormente se convierte en la cabeza del espermatozoo y a la vez se desprende una buena parte de su citoplasma. Algunos de los cuerpos de Golgi se concentran en la parte delantera del espermatozoide y forman un punto llamado acrosoma, que posiblemente ayudara al espermatozoide a perforar la membrana del óvulo.
Los dos centriolos de la espermatide, se desplazan situándose inmediatamente detrás del núcleo, mientras que el segundo centriolo formara el filamento axil de la cola del espermatozoide, formándose alrededor posteriormente varias fibras longitudinales rodeando a las anteriores.
Las mitocondrias se disponen en un punto de unión de la cabeza y la cola, donde forman una pieza intermedia, que proporciona energía para las pulsaciones de la cola.
Los espermatozoides de algunos animales como de la lombriz del genero Áscaris, no tiene cola, pero si movimientos amiboideos, de los cangrejos y las langostas poseen un curioso tipo de espermatozoide, sin cola, pero con tres protuberancias ganchudas en la cabeza con las cuales se sujeta con firmeza al óvulo.