Si creemos que la evolución biológica ha alcanzado un límite, ¿qué es lo que vendrá luego? El ingeniero finlandés Pentti Malaska intentó contestar esta pregunta en 1997 durante un discurso en Brisbane, Australia, cuando era presidente de la Federación Mundial de Estudios sobre el Futuro. Malaska especula sobre varias generaciones de no humanos biodiseñados en la cadena de producción de la evolución.
Específicamente, describe el surgimiento de lo que él llama Bio-orgs, cybrogs, Silorgs, Symborgs y Cerebro Global. Los bio-orgs, particularmente el Homo Sapiens, son bio-organismos codificados proteínicamente, cuya infraestructura terrenal es su circunstancia “natural”.
Los cyborgs, abreviación de “organismos cibernéticos”, son híbridos biológicos y mecánicos que además de los entornos tradicionales, utilizan el espacio cercano.
Los organismos de silicio también están surgiendo, conocidos como Silorgs. Estas especies, reivindica Malaska, serán humanamente no humanos, adaptados mediante un ADN artificial sobre compuestos de silicio con amoníaco como disolvente, y diseñados básicamente para vivir en el espacio exterior. Gran padre Internet Los symborgs. organismos simbólicos, serán auto-reflexivos, auto-reproductivos, auto-conscientes, programas vivientes que habitarán en Internet como su infraestructura natural, y utilizando interfaces avanzados para la comunicación con otras especies. También conocidos como reencarnados, estos organismos residirán probablemente en superordenadores como conciencias instaladas.
Finalmente, teorizaba Malaska, estará el “Gran Padre Internet” —una mente global con una inteligencia y sabiduría superiores. Tal intelecto podría ser perfectamente un Cerebro Cuántico Global.
El economista australiano Paúl Wildman, también un activo miembro del WFSF y del Proyecto del Milenio (de la Junta Americana para la Universidad de las Naciones Unidas), habla de las formas de vida alternas.
Wildman usa el concepto “borg” en su sentido histórico y genérico para identificar un organismo biónico, y define cinco borgs terrenales: Orgoborgs, GEborgs, Cyborg, Symborgs y Tecnoborgs.
Ya están aquí
Wildman describe a los Orgoborgs como formas de vida orgánica, incluyendo Humborgs (humanos) y nuevos e híbridos Brioborgs biodiseñados. GEborgs son organismos manipulados genéticamente, mientras los Cyborgs, Siliborgs, y Symborgs son esencialmente como los describe Malaska. Wildman también describe al Tecnoborg, una forma de vida con un esqueleto externo, como un insecto.
Según Wildman, algunas de estas nuevas formas de vida ya existen en un sentido técnico, ya que el 12% de la población actual de EEUU podrían ser considerados cyborgs que utilizan marcapasos electrónicos, prótesis artificiales, lentes de córnea implantadas, y piel artificial.
Todas las formas de vida son creaciones nuestras y poblarán nuestro mundo y rehaciéndonos genética y mecánicamente, y con ello, cambiando nuestra consciencia para siempre.
Implicaciones morales
Ya que la Humanidad se expresará indudablemente en un gran número de encarnaciones diferentes, esto traerá subsecuentemente el nacimiento de toda una nueva forma de vida: Inteligencia artificial. El futuro estará habitado por diferentes formas de vida inteligente, y la humanidad está empezando a conocer las implicaciones, particularmente aquellas en el área de la moral.
La palabra “robot” fue creada en 1921 por el dramaturgo checo Karel Capek en su libro “RUR2 (Rossum's Universal Robots). Fue inmortalizada en 1950 por Isaac Asimov en su libro “Yo, Robot”.
Tres leyes robóticas
En todos los aspectos de su ficción, Asimov estableció la integración de los robots en la sociedad. Desarrolló las famosas Tres Leyes de la Robótica:
1. Un robot nunca herirá a un ser humano, o, pasivamente, permitirá que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto cuando dichas órdenes estén en conflicto con la Primera Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia, siempre y cuando dicha protección no esté en conflicto con la Primera y Segunda Ley.
Asimov mejoró su sistema y extrapoló la Ley Zero: Un robot no debe herir a la humanidad, o pasivamente, permitir que la humanidad sufra daño. También modificó las otras Tres Leyes consecuentemente.
Derechos de los robots
Por otro lado, los futuristas Phil McNall y el pakistaní Sohail Inayatullah escribieron “Los derechos de los robots” en 1987, y la feminista Donna Haraway publicó “Un Manifiesto Cyborg” en 1984. Ambos son documentos importantes que defienden los derechos de robots y cyborgs.
El experto en robótica Han Moravec firmó dos libros que trataban del surgimiento de los robots, y de las resultantes implicaciones en el futuro, “Mind Children” en 1988 y “Robot” en 1999. Moravec argumenta que los robots serán nuestros descendientes con derechos, y explica varias maneras de “cargar” una mente en un robot.
Similarmente, Marvin Minsky, uno de los padres de la inteligencia artificial en el MIT, escribió su famoso artículo “¿Heredarán los robots la Tierra?” en 1994, en Scientific American. Aquí, concluye: “Sí, pero ellos serán nuestros hijos”.
Como estos autores y pensadores sugieren, necesitamos comenzar a prepararnos para la venidera realidad de los robots y de la inteligencia artificial. Para suavizar la transición a la condición posthumana, debemos prepararnos a nosotros mismos para la posibilidad de que la Tierra sea heredada no por una, sino varias formas de vida altamente inteligente y consciente.