De todos los problemas bioéticos planteados por la ingeniería genética hay uno que se ha convertido últimamente en el centro de debate público: la clonación. La clonación es una forma de reproducción no sexual, que se da naturalmente en muchas plantas junto a la reproducción sexual y que, a diferencia de esta última, produce copias genéticas exactas de la planta originaria. Los ejemplos más conocidos son las patatas y las fresas.
Definición de célula. Los seres vivientes u organismos muestran una similitud fundamental muy acentuada tanto en estructura como en función. Con raras excepciones todas las formas vivientes están constituidas esencialmente de una o más unidades básicas o estructurales llamadas células.
Hace unos 300 años Robert Hooke (1635 - 1703) utilizo el recién inventado microscopio para hacer una notable observación de que el corcho no era una sustancia homogénea, sino estaba formado de pequeñas cavidades regulares a la que llamo células. Lo que él vio en realidad fueron las paredes de la celulosa de células muertas; la parte importante de la célula es su contenido, no su pared.
Posteriormente en 1839, el Fisiólogo de Bohemia, Purkingc, acuño el termino de protoplasma, para designar el contenido vivo de la célula. Al saber más cosas acerca de la estructura y función de la célula, se ha comprendido que el “contenido vivo de la célula” era un sistema de increíble complejidad de partes homogéneas. El término “protoplasma” carece de significado claro en sentido físico o químico, pero puede utilizarse todavía para referirse a todos los constituyentes organizados de una célula.
La célula consiste de un conjunto de componentes sumamente organizados e integrados para desempeñar funciones especializadas. En algunos organismos que aparentemente carecen de células están siempre presentes los componentes básicos subcelulares de la célula comunes; esto indica una similitud fundamental entre todas las formas vivientes.
En los seres vivos unicelulares vemos las mismas actividades de un organismo. En los organismos pluricelulares, las actividades coordinadas de diversos tipos celulares son las responsables de las actividades características y del funcionamiento del organismo.
El concepto de célula como unidad de vida ha sido aceptado universalmente desde mediados del siglo XIX y puede describirse con la misma definición que ahora la conocemos. La célula viva constituye esencialmente un sistema complejo, muy organizado, dinámico y autodirigido de moléculas y agregados moleculares los cuales toman y emplean energía del medio que les rodea para utilizarla en fenómenos de crecimiento y reproducción.
La energía del medio ambiente es valiosa para la mayoría de ellos, utilizándola en sus actividades vitales, ya sea en forma de energía potencial, en enlaces químicos de sustancias tales como azucares, grasas y proteínas o como energía luminosa, forma usada exclusivamente por células vegetales verdes y ciertas bacterias.
Por medio de reacciones químicas y físicas, la energía química o luminosa, según el caso es transformada y utilizada para manifestar en última instancia las características clásicas de los seres vivientes. Todas las actividades de la célula, tanto a nivel molecular como a nivel superior, están controladas y determinadas, directa o indirectamente por una sola clase de substancias, los ácidos desoxirribonucleicos o DNA, estas moléculas maestras son, por naturaleza, las responsables de la transferencia e información de una generación de células a otras (herencia).