La variedad y riqueza de hechos folkloricos del departamento de Potosí, hace que muchos de estos permanezcan inéditos. Con esta publicación anhelamos que los hijos de tan hermosa área del territorio boliviano vuelquen sus ojos a su propio terruño y redescubran su inmensa riqueza espiritual, noble y valedera, cuya explotación no deja socavones vacíos, ni es riqueza que se agota, sino que puede ser el fundamento de una permanente industria turística que atraiga al extranjero visitante y edifique la actividad que necesita este pueblo de glorioso pasado y merecedor de un porvenir igual.
Una de las principales formas del proceso de asimilación cultural que sucedió a la conquista de América, que no fue proceso de transculturación sino verdadera simbiosis estética, resultan evidentes en el estudio del desarrollo de los instrumentos musicales de nuestro país. Claramente se distinguen sus fuentes de origen: la europea obviamente aportada por los colonizadores españoles, y la indígena vigente en el momento del descubrimiento.
Nuestra propia actitud hacia la valorización justa de nuestro pasado cultural y de la música no tiene parangón. Bolivia ofrece un riquísimo caudal de cultura, ahí: al alcance de la mano, que espera inquieto e impaciente que se le rescate de la acción del tiempo; el beneficio alcanza no solo al investigador y al estudioso, sino a todos nuestros pueblos. Esperamos que en el futuro el interés por el estudio y conocimiento de nuestros valores culturales sea aún mayor y, muy especialmente, ello sea abordado con un sentido global.
La indudable superioridad técnica de los instrumentos importados en relación con los existentes — fue razón determinante de la vastedad de su área de dispersión sus formas se “acriollaron”, configurando algunos casos — nuevas especies con características propias que les distinguen de las originales.
Una de las principales formas para el remedo y la facultad de fabricarlo en el país, fueron los elementos básicos del afincamiento del instrumento.
No obstante, ciertas características estaban destinadas a perdurar a través del tiempo los aborígenes, huérfanos de instrumentos, crean sus semejantes y he aquí que violines, arpas, charangos, bombos y un grupo de aerófonos, nacen de la demanda. Estos instrumentos pasan a ser parte integrante en el patrimonio instrumental de nuestros días.
Por su importancia de rigor científico, es necesario a recurrir a sistemas de clasificación que permitan su ordenamiento. En el campo de los instrumentos musicales se convino en establecer un determinado número de órdenes, que responden a características funcionales de los mismos. Estos estudios contemplan la construcción de los instrumentos, su timbre, su acústica, sus posibilidades técnicas, su uso, etc. Y disponen su clasificación con el fin de poner orden es este universo particular.
Los grupos así establecidos, son los siguientes:
- Aerófonos: (aire-sonido): Se pone en vibración el aire, en torno o dentro del instrumento; según como le induzcan a vibrar, los instrumentos se dividen en: de soplo verdadero, y libres. Al primer grupo pertenecen el clarinete y el erquencho (de lengüeta); el erque y el trombón (trompetas); la flauta, el siku y la quena (de filo). Son ejemplo de aerófonos libres el acordeón y la armónica.
- Cordofonos: (cuerda-sonido) Se hace vibrar una o más cuerdas estiradas y sujetas por sus extremos, y el sonido se produce por punteado, roce o percusión (charango, guitarra, violín y piano).
- Idiofonos: (Si mismo-sonido): Instrumento en los que se pone en vibración el cuerpo del instrumento, a consecuencia, entre otras formas, de un sacudimiento o golpe (sonajero, xilófono).
- Membranofonos: Membrana-sonido. Se produce el sonido por el golpe o frotación de un parche (timbal, tambor, caja).