Las elecciones municipales de fines del 93 ratificaron la mayoría del MNR. Lo más destacado fue el mal resultado para el MIR (9,3 %) y la ADN (11,4%), al punto que el jefe adenista Hugo Banzer renunció a la jefatura de su partido un mes antes del proceso electoral, previendo el resultado. Se pensó que sería el retiro definitivo de Banzer, pero los hechos políticos lo desmintieron. Por el contrario, en 1997 fue elegido Presidente Constitucional.
Los tres triunfos electorales sucesivos de la Unidad Democrática y Popular (UDP) (el de 1978 no reconocido en las cifras oficiales), una coalición que reunía al Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierda (MNRI), Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) y Partido Comunista de Bolivia (PCB), generaron una gran esperanza en el país; se puede decir sin temor a error que cuando Hernán Siles llegó al palacio gozaba de un respaldo abrumador de la nación.
El gobierno comenzó, sin embargo, debilitado por las diferencias internas que se habían generado en el período del exilio y clandestinidad entre 1980 y 1982, lo que condujo a desinteligencias y tensiones que repercutieron en la administración del poder. La UDP demostró además carecer de un programa serio que permitiera superar una crisis que en 1982 era ya muy grave. Los puntos de vista diferentes sobre cómo encarar la crisis y cómo distribuir las cuotas de poder, terminaron por hacer inviable la coalición que se fracturó totalmente antes de terminar el período.
El Presidente prometió una mejoría económica en los primeros 100 días de gobierno, lo que no pudo cumplir. El MIR dio muy pronto muestras de su falta de madurez, decidiendo retirarse del gobierno (enero de 1983) a sólo tres meses de haber comenzado la gestión. Volvió luego en abril de 1984 y volvió a irse en diciembre de 1984. El PCB, por su parte, dejó el gobierno en octubre de 1984. El primer mandatario tuvo que apelar al término de su gobierno a ministros independientes y a la Democracia Cristiana (PDC), dispuesta a subirse al carro ganador.
El problema principal del ejecutivo fue su debilidad política expresada en su minoría parlamentaria. La oposición liderada por MNR y ADN fue implacable con la UDP y contribuyó a bloquear cualquier salida razonable a la crisis. La irresponsabilidad de los legisladores puso por encima de los intereses del país, el afán de hacer inviable al gobierno. El senador Óscar Zamora del MNR-FRI logró que el senado pidiera el aumento de los salarios en un 100%, sabiendo que era un pedido irracional que alimentaba el fuego de la hiperinflación, a la vez que Siles no percibió que, sin un acuerdo con alguna fuerza de oposición (no logrado a pesar de algunos intentos secretos de parte del MNR), su gobierno estaba destinado al desastre. En este contexto, el Presidente tenía razón cuando aceptó a regañadientes el reconocimiento de la elección de 1980 que implicaba minoría de la UDP en el parlamento. Una eventual elección en 1982 le hubiese dado a Siles una mayoría relativa muy sólida.
La inestabilidad interna se expresó de modo muy claro en los cambios ministeriales. Siles designó siete gabinetes y 80 ministros en menos de tres años de gobierno; el promedio de cambios más alto de toda la historia. Tuvo, sin embargo, ocasión de emprender o concluir importantes obras de infraestructura. En 1983 inauguró el aeropuerto internacional de Viru -Viru en Santa Cruz, la obra aeroportuaria más importante de Bolivia, que se convirtió en el nudo de la aviación del país. También inauguró el tramo cara tero asfaltado Chimoré -Yapacaní, parte de la nueva carretera Cochabamba-Santa Cruz. Con esta obra se abrió un período de intensas construcciones de caminos, que no se interrumpió durante los sucesivos gobiernos democráticos.
Entre abril y octubre de 1984 nacieron en Santa Cruz y La Paz los primeros canales de televisión privada, canal 13 de Santa Cruz (luego Red UNO) y los canales 2 (luego Unitel) y 9 de La Paz (luego ATB). Su creación pasó por alto la legislación vigente y su presencia se impuso ante la flagrante debilidad del gobierno de la UDP. La televisión privada cambió dramáticamente el impacto de este medio en la historia boliviana reciente.