Las elecciones municipales de fines del 93 ratificaron la mayoría del MNR. Lo más destacado fue el mal resultado para el MIR (9,3 %) y la ADN (11,4%), al punto que el jefe adenista Hugo Banzer renunció a la jefatura de su partido un mes antes del proceso electoral, previendo el resultado. Se pensó que sería el retiro definitivo de Banzer, pero los hechos políticos lo desmintieron. Por el contrario, en 1997 fue elegido Presidente Constitucional.
El 21060 fue diseñado sobre la idea de un precio promedio de 5.5 dólares por libra fina de estaño. En octubre de 1985 el mercado de Londres (el más importante de este mineral) se desplomó, dejando sin cotización al estaño. En 1986 el promedio bordeó los 2,5 dólares por libra fina. Esto obligó a la adopción de medidas radicales. Las pérdidas acumuladas de COMIBOL superaban los 750 millones de dólares en los últimos diez años y el costo de producción en algunas minas quintuplicaba su cotización internacional.
En este contexto, y ante una circunstancia exógena que modificó todas las previsiones, se decidió la relocalización (léase despido) de 23.000 mineros de una planta de 30.000 que tenía COMIBOL, lo que provocó la denominada “Marcha por la vida”. Los trabajadores varios miles marcharon de Oruro a La Paz para exigir su permanencia en la empresa. Era la medida de despido masivo más radical que había tomado gobierno alguno en toda la historia republicana. El gobierno decretó el segundo estado de sitio (agosto 86) y envió al ejército a detener la marcha en Calamarca (a 60 km. de La Paz). Tras largas horas de tensión y amargura de los trabajadores, se llegó a un acuerdo que evitó un derramamiento de sangre de imprevisible magnitud. Los mineros fueron devueltos a Oruro y el plan del gobierno continuó. Ese episodio marcó el punto de inflexión que determinaba el fin de una era de poder sindical. Pocas semanas antes Juan Lechín había dejado para siempre el liderazgo de la COB y h FSTMB, que había detentado ininterrumpidamente desde 1946. Su renuncia ratificaba el carácter simbólico de este momento.
La consecuencia fue una situación social muy grave: bajo nivel salarial y alto desempleo. Se produjo un incremento muy intenso de la economía informal en las principales ciudades que se vieron inundadas por vendedores callejeros, contrabandistas, lo que las estadísticas definen elegantemente como trabajadores por cuenta propia. Se abrió así una brecha entre la formalidad y la informalidad que fue una de las constantes más graves de la economía boliviana de allí en adelante y uno de los caldos de cultivo para la violencia y las posiciones radicales contrarias al sistema imperante. El otro aspecto fundamental de la relocalización fue el de los procesos masivos de migración del occidente al trópico cochabambino y a las grandes ciudades del eje. El movimiento cocalero alimentado por la experiencia sindical y movilizadora de muchos ex - trabajadores mineros, cobró una fuerza que cambiaría la historia del país.
El esfuerzo más significativo del gobierno del MNR para paliar esta dramática realidad, fue la creación del Fondo Social de Emergencia dirigido por Fernando Romero, que ejecutó más de 1.000 proyectos con una inversión de mas de 150 millones de dólares, resolviendo de manera parcial el problema de mano de obra, ya que estos proyectos tenían como objetivo precisamente un uso intensivo de mano de obra (empedrado de caminos, alcantarillado, etc.).