Las elecciones municipales de fines del 93 ratificaron la mayoría del MNR. Lo más destacado fue el mal resultado para el MIR (9,3 %) y la ADN (11,4%), al punto que el jefe adenista Hugo Banzer renunció a la jefatura de su partido un mes antes del proceso electoral, previendo el resultado. Se pensó que sería el retiro definitivo de Banzer, pero los hechos políticos lo desmintieron. Por el contrario, en 1997 fue elegido Presidente Constitucional.
La alianza entre el MIR y la ADN fue uno de los elementos de mayor impacto político en el nuevo período democrático. Que los antiguos enemigos, las víctimas de ayer se aliaran con los victimarios fue éticamente muy cuestionado y difícil de aceptar en un principio en un país poco acostumbrado a que el diálogo fuera un elemento esencial de la vida política (Banzer ya lo había logrado por primera vez en 1971 con la alianza MNR-FSB).
Jaime Paz había dicho que un “río de sangre” separaba al Gral. Banzer del MIR. El objetivo común de bloquear la presidencia a Sánchez de Lozada, permitió un acuerdo que no se firmó en documento alguno pero que se respetó escrupulosamente durante los cuatro años de gobierno. Pasada la primera fase emocional del Acuerdo, y al margen de la valoración sobre lo que representó ideológicamente, sus logros o fracasos en el gobierno, el acuerdo que ratificaba la lógica del pacto por la democracia rompió muros y permitió un diálogo fluido entre las fuerzas políticas más importantes del país en lo sucesivo, a la vez abrió una etapa de pragmatismo casi cínico que justificaba cualquier cosa a título de “gobernabilidad”.