Las elecciones municipales de fines del 93 ratificaron la mayoría del MNR. Lo más destacado fue el mal resultado para el MIR (9,3 %) y la ADN (11,4%), al punto que el jefe adenista Hugo Banzer renunció a la jefatura de su partido un mes antes del proceso electoral, previendo el resultado. Se pensó que sería el retiro definitivo de Banzer, pero los hechos políticos lo desmintieron. Por el contrario, en 1997 fue elegido Presidente Constitucional.
Sánchez de Lozada, igual que su antecesor, realizó más de cuarenta viajes al exterior. El país organizó encuentros de la magnitud del Grupo de Río en Cochabamba (1996) con la presencia de 13 jefes de estado, la Cumbre de las Américas para el Desarrollo Sostenible en Santa Cruz (1996) con la participación de más de treinta países. También en diciembre de ese año se realizó la sexta reunión de Primeras Damas de las Américas en La Paz en abril de 1997 la cumbre de Presidentes del Pacto Andino en Sucre.
Uno de los problemas mayores de Bolivia ha sido la incapacidad de asumir su realidad en el contexto de Latinoamérica y del mundo. La tendencia a mirarse siempre el ombligo, ha hecho que los bolivianos pierdan la perspectiva, mucho más vigente que nunca al terminar el siglo XX, de que la globalización, la interdependencia y la imposibilidad de un rol autónomo, grave en países tan débiles como el nuestro, nos obliga a analizar el presente y el futuro en función de los otros, en función de un proceso de integración inexcusable. La solución de los problemas bolivianos no pasa solamente por ideas encerradas en el ámbito doméstico, sino por la indispensable inserción política, económica y social del país en su región. Esos imperativos se evidencian en la política de Estados Unidos, potencia hegemónica de fin de siglo, y en el poder regional indisputable de Brasil y México como cabezas de grupos de integración regional alternativos, sobre todo Brasil de gran influencia en Sur América.