El Censo de 1992

El país siguió sin cumplir las sugerencias de la ONU de realizar un censo cada diez años, la responsabilidad que le correspondía a la gestión anterior fue postergada por la grave crisis económica. El gobierno de Paz Zamora encaró finalmente tan importante tarea.

De acuerdo al censo realizado en junio de 1992 Bolivia tenía 6.420.792 habitantes, 1.807.306 más que en 1976, un crecimiento del 28 % (2,11 % de crecimiento intercensal, casi idéntico al 2,05 % que se dio entre 1950 y 1976). El complejo urbano La Paz-El Alto se mantuvo como el mayor conglomerado urbano del país, con una población de 1.118.870; por primera vez un centro urbano pasaba del millón de habitantes, duplicando su población en relación a 1976. Santa Cruz mantuvo un crecimiento sostenido y con 697.278 almas triplicó su población del 76. La tercera ciudad fue Cochabamba con 515.695 habitantes en su área metropolitana, algo más del doble que en 1976. Oruro con 183.422 personas creció apenas un 31 % y Sucre desplazó a Potosí con 131.769 habitantes, un crecimiento notable más que duplicando su población.

El rasgo más evidente de estos datos fue el vuelco de la población del occidente al oriente. La seria depresión económica producida por la caída de precios de minerales y el desmantelamiento de la minería estatal llevó a grandes procesos migratorios el departamento de Potosí perdió población por primera vez en la historia republicana (0.12 % ) y Oruro creció apenas 0.58 %, mientras que Santa Cruz creció en un 4.16 % y Beni un 3.16 %. Potosí, Oruro, Chuquisaca y La Paz eran departamentos que expulsaban población. Por primera vez un censo reflejó mayor población urbana que rural, 57,5 % de los habitantes vivían en ciudades, mientras que el 42,5 % vivían en el campo, exactamente al revés que en 1976. La tendencia seguía abriendo la brecha en favor del área urbana. El analfabetismo siguió disminuyendo, en 1992 el porcentaje era del 20 %, una mejora de casi 17 puntos en relación al 36, 8 % de 1976. Mientras en 1976 el 78,8 % hablaba castellano (y en muchos casos además del quechua, aymara o guaraní), en 1992 ese porcentaje subió al 87,4 %. El 34 % tenía al quechua como lengua materna y el 23,5 % el aymara.

Bolivia era un país mayoritariamente joven, el 60,15 % de la población era menor de 25 años. La mortalidad infantil en menores de un año pasó de 151 niños muertos por cada mil en 1976 a 75. Si bien fue un logro positivo, el país seguía entre los de mayor índice de mortalidad infantil en el hemisferio occidental.

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Las elecciones municipales de fines del 93 ratificaron la mayoría del MNR. Lo más destacado fue el mal resultado para el MIR (9,3 %) y la ADN (11,4%), al punto que el jefe adenista Hugo Banzer renunció a la jefatura de su partido un mes antes del proceso electoral, previendo el resultado. Se pensó que sería el retiro definitivo de Banzer, pero los hechos políticos lo desmintieron. Por el contrario, en 1997 fue elegido Presidente Constitucional.

El proceso de globalización mundial de la economía (un solo modelo de economía abierta, nuevas tecnologías, revolución de las comunicaciones, internet), condujo a un proceso creciente de integración en diversas regiones del mundo. En ese contexto el 26 de marzo de 1991 se creó el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), mediante acta presidencial firmada en Asunción (Paraguay), con la participación de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Esto implica integrar a finales del siglo XX a 208,5 millones de seres humanos en una superficie de 11,9 millones de kilómetros cuadrados.

Sánchez de Lozada, igual que su antecesor, realizó más de cuarenta viajes al exterior. El país organizó encuentros de la magnitud del Grupo de Río en Cochabamba (1996) con la presencia de 13 jefes de estado, la Cumbre de las Américas para el Desarrollo Sostenible en Santa Cruz (1996) con la participación de más de treinta países. También en diciembre de ese año se realizó la sexta reunión de Primeras Damas de las Américas en La Paz en abril de 1997 la cumbre de Presidentes del Pacto Andino en Sucre.

El hecho más grave del que fue responsable el gobierno de Sánchez de Lozada fue el desenlace sangriento producido en vísperas de la Navidad de 1996 en los centros mineros de Amayapampa, Capacirca y Llallagua. La toma ilegal de minas de propiedad privada (empresa extranjera Dacapo) por parte de mineros que se oponían al trabajo de los propietarios, condujo al gobierno a la intervención de esas minas. Para ello envió un destacamento policial bajo la dirección de su comandante Gral. Willy Arriaza.

Entre 1993 y 1994, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Edgar Oblitas Fernández, y uno de sus magistrados, Ernesto Poppe Martínez, fueron enjuiciados en el senado acusados de prevaricato. La base del juicio fue el soborno pagado al ex- magistrado Hugo Galindo Decker, emisario de los mencionados jueces, por el nicaragüense Antonio Ibarra, sujeto a un pedido de extradición de su país, para que esta solicitud fuese denegada. El senado esta vez sí sentenció a ambos con la destitución de sus cargos y la prohibición del ejercicio profesional por un período de diez años.

El escándalo político de mayor magnitud en este período fue el llamado “Narcovínculos”. La detención de Isaac “Oso” Chavarría y Carmelo “Meco” Domínguez, acusados de desarrollar actividades de narcotráfico, llevó al descubrimiento de papeles personales de Chavarría y acusaciones de Domínguez, que parecían involucrar al ex - Presidente Jaime Paz Zamora y otros dirigentes miristas, entre ellos Óscar Eid Franco.

La reforma a la constitución, respetando los mecanismos que la propia carta magna estipula para sus cambios, es uno de los mejores ejemplos de la institucionalización democrática de Bolivia. El consenso para hacerla fue producto de acuerdos logrados en 1992 (febrero y julio). El Presidente promulgó la constitución reformada, el 12 de Agosto de 1994.