Las elecciones municipales de fines del 93 ratificaron la mayoría del MNR. Lo más destacado fue el mal resultado para el MIR (9,3 %) y la ADN (11,4%), al punto que el jefe adenista Hugo Banzer renunció a la jefatura de su partido un mes antes del proceso electoral, previendo el resultado. Se pensó que sería el retiro definitivo de Banzer, pero los hechos políticos lo desmintieron. Por el contrario, en 1997 fue elegido Presidente Constitucional.
El hecho más grave del que fue responsable el gobierno de Sánchez de Lozada fue el desenlace sangriento producido en vísperas de la Navidad de 1996 en los centros mineros de Amayapampa, Capacirca y Llallagua. La toma ilegal de minas de propiedad privada (empresa extranjera Dacapo) por parte de mineros que se oponían al trabajo de los propietarios, condujo al gobierno a la intervención de esas minas. Para ello envió un destacamento policial bajo la dirección de su comandante Gral. Willy Arriaza. La acción policial, a pesar de la evidencia de trabajadores y comunarios armados, fue desproporcionada. El saldo trágico fue de 11 muertos y más de 50 heridos. La intervención de parlamentarios como mediadores logra frenar la espiral de violencia.
El gobierno pidió una investigación e informe de la OEA que estableció que el Presidente y los ministros de Gobierno y Defensa no tuvieron responsabilidad directa en los hechos, pero planteó la necesidad de establecer responsabilidades en los mandos de la policía. El Gral. Arriaza fue destituido de su cargo después de estos acontecimientos, pero el ministro de Gobierno Franklin Anaya que debió, cuando menos, asumir su responsabilidad y renunciar no fue tocado.