Carlos Quintanilla (1888-1964)

Quintanilla nació en Cochabamba el 22 de enero de 1888. Hizo estudios militares. Egresó del colegio militar en 1911, perfeccionó sus estudios en Alemania. Se retiró del ejército en 1923 y retornó a él en el gobierno de Siles Reyes. En 1929 fue jefe de la casa militar del Presidente. Llegó al generalato de brigada en 1931, en ese mismo año fue agregado militar en Alemania. En la guerra del Chaco fue jefe del primer y segundo cuerpo de "ejército, pero sufrió la decisión del Presidente Salamanca de marginarlo (destinándolo a Tarija) hasta su derrocamiento en 1934. En el gobierno de Busch fue comandante en jefe del ejército. Llegó a la presidencia en 1939 a los 51 años. En 1940 fue nombrado embajador ante la Santa Sede. Murió en Cochabamba el 8 de junio de 1964 a los 76 años.

Gobierno Quintanilla 1939-1940

Quintanilla representó un importante respiro para el poder minero y los viejos partidos que pugnaban por sobrevivir y vieron en la elección convocada por el gobierno, una oportunidad de oro. Aunque el Presidente buscó ejercer un gobierno más prolongado, no pudo resistir la presión general para una rápida convocatoria a comicios nacionales. La tensión en el seno del ejército era muy clara. Bernardino Bilbao nuevo comandante en jefe, representaba la línea de Toro y Busch, era un héroe admirado de la guerra y tenía el consenso entre los ex-combatientes que le faltaba a Quintanilla. Por esta circunstancia se dio el episodio mas lamentable de esta gestión gubernamental. Bilbao, fue convocado al palacio de gobierno por un subalterno para entrevistarse con el Presidente. Nada más llegar fue rodeado por varios hombres que lo golpearon sin misericordia hasta dejarlo inconsciente. Amordazado y esposado fue conducido a la estación de trenes y deportado en el acto a Arica. Fue una agresión cobarde e incalificable que, sin embargo, sacó de circulación al único potencial rival político de los partido; tradicionales.

El gabinete del Presidente bajo la batuta de Fernando Pou Mont, dio el viraje hacia la derecha. Dos decretos, el del 28 de septiembre y el de 10 de octubre de 1939, aliviaron a los grandes mineros. El primero autorizaba la libre exportación y el segundo, alegando la falta de un reglamento, dejó en suspenso el decreto del 7 de junio sobre la obligatoriedad de entrega de divisas. El péndulo volvía a donde había estado hasta 1935, en el extremo de la política liberal, le quedaban todavía varios movimientos antes de 1952.

Las elecciones de 1940

Bolivia volvió a concurrir a las urnas después de seis años y después de nueve en tiempo de paz. La Concordancia nombró como candidato al Gral. Enrique Peñaranda, figura que cubría dos frentes, el poderoso ejército apegado al ejercicio del poder y los partidos de viejo cuño. Se pensó que sería el candidato único, pero la izquierda presentó a un joven intelectual cochabambino, José Antonio Arze. Contra toda previsión, aunque Peñaranda ganó la elección claramente con 58.060 votos (lo acompañó como candidato vicepresidencial Waldo Belmonte Pol), Arze obtuvo 7.645 (11% aprox.) y la izquierda en general logró una muy significativa representación parlamentaria. Aún en el sistema de voto calificado, quedaba clan que se había terminado una hegemonía y estaba despuntando otra.

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La precariedad del régimen militar se agudizó con las manifestaciones callejeras. Las ambiciones de sus ministros habían ya condenado al gobierno. A principios de abril el titular de Gobierno, Antonio Seleme, el más audaz de los ministros conspiradores, tomó contacto con la oposición, particularmente con el MNR (Siles Zuazo, Lechín), partido al que Seleme incluso juró, y con FSB (Únzaga). El ocho, una reunión del ministro con un joven dirigente falangista terminó con la salida de Falange del golpe, por discrepancias de programa y eventual distribución de cargos.

Ballivián nació en La Paz el 7 de junio de 1901. Estudió en el colegio Ayacucho. Ingresó al colegio militar y egresó como oficial de caballería. Fue comandante de la 5ta región militar, comandante del colegio militar y agregado militar en Estados Unidos, Francia, Inglaterra y España. Fue subsecretario de Defensa y comandante en jefe de las FF.AA. Se sumó al autogolpe de Urriolagoitia y se hizo cargo de la presidencia a los 50 años. Después de su caída en 1952 fue exiliado y abandonó la vida política. Murió en el retiro a los 94 años en mayo de 1995.

Los acontecimientos de violencia política de este período debilitaron al oficialismo. Los viejos partidos perdieron respaldo, particularmente en la clase media que era decisiva a la hora del voto. La popularidad del MNR creció de manera arrolladora entre 1949 y 1951.

En mayo de 1949, a raíz de una huelga general, se produjo un serio conflicto en las minas de Siglo XX, propiedad de Simón I. Patiño. Urriolagoitia (entonces todavía Presidente interino) ordenó arrestar a varios dirigentes. En represalia los mineros tomaron como rehenes a dos empleados extranjeros y los mataron. La reacción oficial fue la intervención militar y la matanza de mineros en lo que se conoce como la Masacre de Siglo XX. Era el preludio de la rebelión.

Urriolagoitia nació en Sucre el 5 de diciembre de 1895. Se doctoró de abogado en la Universidad Mayor de San Francisco Xavier. Hizo una especialización en derecho Internacional en la Universidad de la Sorbona en París. Toda la experiencia previa a su participación política la tuvo en la carrera diplomática que comenzó en la embajada de Bolivia en Inglaterra, hasta sus representaciones en los congresos de la Unión Postal y el congreso monetario en Londres. Fue senador por el departamento de Chuquisaca antes de su elección en 1947 como vicepresidente de la República.

El paréntesis del Chaco parece haber dado a la jerarquía y al clero un respiro en su confrontación con el estado. Los capellanes militares (mons. Luis Alberto Tapia) vieron por primera vez juntos en las trincheras a los miembros de razas y posiciones distintas. Allá donde se forjaron los nuevos políticos, algunos de ellos aceptaron y propagaron la iglesia católica como uno de sus elementos programáticos, es el caso de Falange Socialista Boliviana. El período 1925-1950 había sido proclive al congresionismo.

Los principios de tierra y libertad eran ya moneda corriente en el movimiento indígena que había luchado desde fines del siglo pasado frente al despojo institucionalizado. Más aún después del primer congreso indigenal de 1945. Después de la guerra del Chaco, las huelgas de brazos caídos en las haciendas eran frecuentes. Producto de una de esas huelgas fue una acción punitiva en una hacienda del lago Titicaca que derivó en un levantamiento en varios departamentos del país (Chuquisaca, Potosí, Oruro, Cochabamba y La Paz).