La precariedad del régimen militar se agudizó con las manifestaciones callejeras. Las ambiciones de sus ministros habían ya condenado al gobierno. A principios de abril el titular de Gobierno, Antonio Seleme, el más audaz de los ministros conspiradores, tomó contacto con la oposición, particularmente con el MNR (Siles Zuazo, Lechín), partido al que Seleme incluso juró, y con FSB (Únzaga). El ocho, una reunión del ministro con un joven dirigente falangista terminó con la salida de Falange del golpe, por discrepancias de programa y eventual distribución de cargos.
La creación de la FSTMB tuvo importancia clave porque instrumentó un poder sindical decisivo. La minería, motor económico del país, convirtió rápidamente a los trabajadores mineros en vanguardia del movimiento obrero y base para la futura creación de la COB. La Federación fue creada en el congreso de mineros que se realizó en Huanuni (mina de Patiño) del 3 al 5 de junio de 1944. El gobierno y en particular el MNR impulsaron fuertemente esta organización porque era una forma de controlar el movimiento sindical, pero respondía también a una visión plenamente favorable a los intereses de los trabajadores.
El líder minero más destacado de ese momento fue Emilio Carvajal. Juan Lechín que se había ligado al MNR en 1943 y fue subprefecto de Uncía (Potosí), fue parte de este grupo de fundadores y comenzó su tarea de dirigente como primer secretario ejecutivo de la FSTMB, rol que tendría una importancia capital para el movimiento obrero a lo largo de más de cuarenta años. La FSTMB fue un movilizador poderosísimo de los trabajadores hasta 1985.