La precariedad del régimen militar se agudizó con las manifestaciones callejeras. Las ambiciones de sus ministros habían ya condenado al gobierno. A principios de abril el titular de Gobierno, Antonio Seleme, el más audaz de los ministros conspiradores, tomó contacto con la oposición, particularmente con el MNR (Siles Zuazo, Lechín), partido al que Seleme incluso juró, y con FSB (Únzaga). El ocho, una reunión del ministro con un joven dirigente falangista terminó con la salida de Falange del golpe, por discrepancias de programa y eventual distribución de cargos.
La guerra del Acre, como producto del auge de la goma, marcó un momento dramático para los territorios del norte del país, alejados del centro andino y sin posibilidades de ser un espacio geográfico donde la nación sentara soberanía. Tras el cercenamiento de una inmensa superficie, el llamado Territorio Nacional de Colonias se mantuvo como un área secundaria cada vez más olvidada en la medida en que la producción de goma decrecía en importancia en la economía boliviana.
El gobierno de Busch decidió crear el noveno departamento del país con el objeto de darle una mayor jerarquía política a la zona y fomentar el crecimiento demográfico y económico. El 24 de septiembre de 1938 se creó el nuevo departamento al que se bautizó con el apellido del Presidente José Manuel Pando, que había sido uno de los exploradores más notables de ese territorio además de haber peleado en defensa de Bolivia frente a los filibusteros brasileños.
Pando tiene una superficie de 63.827 km2, el quinto en extensión territorial. En 1938 tenía aproximadamente 18.000 habitantes. Su capital es Cobija (declarada capital departamental el 29 de septiembre de 1945), fundada el 9 de febrero de 1906 sobre la antigua localidad de Bahía, importante punto bélico en la guerra del Acre.
Departamento amazónico, rico en madera y surcado por ríos importantes como el Madera, Beni, Madre de Dios, Orthon y Manuripi tributarios del Amazonas.
