En 1977 Banzer convocó a elecciones, casi tres años antes de su propio cronograma. La evidencia de que la bonanza económica se terminaba y abría paso a una severa crisis y la presión de la nueva administración estadounidense presidida por Jimmy Cárter y obsesionada por el respeto a los derechos humanos, impulsaron al gobierno a tomar la decisión. Pero el verdadero factor de inflexión surgió del seno del país.
El esfuerzo de integración iniciado en Europa en la segunda mitad de los años cincuenta del siglo XX que devino en la Unión Europea el más ambicioso proceso de unificación en el mundo, sirvió como un modelo y un ejemplo para las naciones de América Latina.
En 1960 se firmó el tratado de Montevideo que dio origen a la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), sustituida en 1980 por la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), con la idea correcta de que en el mundo moderno es impensable un desarrollo económico autónomo y aislado de naciones emergente s como las de este continente. Tanto la ALALC como la ALADI fueron organizaciones ambiciosas que han logrado algunos avances en busca de un proyecto multilateral de desarrollo económico concertado, pero aún limitados para nuestros países.
La iniciativa de procesos integracionistas subregionales tuvo mejores resultados y se comenzó a aplicar en 1960 en América Centra1 con el Mercado Común Centromaericano (MCC), en 1969 en la región andina con el Pacto Andino, en 1973 con el Mercado Común de Caribe (CARICOM), en 1991 con el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), y en 1992 con el Tratado de Integración Económica de América del Norte (North American Free Trade Agreement NAFTA).
El 26 de mayo de 1969 se firmó en Cartagena (Colombia) un acuerdo de integración entre Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. Firmó ese documento por nuestro país el presidente Siles Salinas. En 1973, Venezuela entro en el Pacto Andino y en 1976 Chile se retiró por estar en desacuerdo con la decisión 24 referida una política explícitamente proteccionista en materia económica, en la lógica de un proceso progresivo de sustitución de importaciones.
Las proyecciones del Pacto Andino fueron muy ambiciosas en el campo de la integración sub-regional. La idea era impulsar el crecimiento industrial, desarrollo económico competitivo y eliminación, en plazos graduales, de aranceles aduaneros y limitaciones fronterizas, siguiendo el modelo de la Comunidad Económica Europea. El pacto tuvo el mérito de haber sido la organización integracionista pionera en América del Sur y la que abrió una conciencia integracionista continental. Su política proteccionista de los setenta fue modificada hacia posiciones más liberales en los años subsiguientes.
El acuerdo firmado en Cartagena tuvo seis modificaciones, la más importante la firmada en Trujillo (Perú), en 1996. A partir de entonces el nombre oficial del grupo es Comunidad Andina de Naciones (CAN) que tiene los siguiente s instrumentos de funcionamiento su instancia máxima es el Consejo Presidencial Andino, el Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores, el Tribunal de Justicia y el Parlamento Andino que está representado por parlamentarios de cada país, pero que deberá tener parlamentarle s elegidos por voto directo de cada nación y para esa función específica, distinta de los parlamentos nacionales. Entre otras instituciones se cuentan la Universidad Andina Simón Bolívar cuya sede está en Sucre y la Corporación Andina de Fomento (CAF), sin duda el organismo más exitoso de la CAN. La CAF tiene como accionistas además de los cinco países miembros a Chile, Brasil, México, Paraguay, Panamá, Trinidad y Tobago y bancos comerciales. Entre 1995 y 1999 realizó operaciones de crédito para proyectos de desarrollo y otros a los países miembros y otros accionistas por valor de 12.300 millones de dólares.
Los logros mayores de la CAN están referidos a una zona de libre comercio entre los cinco países, un arancel externo común que tiene que ver con una política aduanera concertada en relación a países de fuera de la comunidad. Los pasos siguientes son el establecimiento de un mercado común a través de la liberalización de los servicios y personas (tránsito sin necesidad de pasaporte, derecho al trabajo, etc). La CAN tenía en el año 2000 una superficie de 4,7 millones de kilómetros cuadrados y una población de 104,8 millones de habitantes.
Los resultados del Acuerdo fueron menores que los proyectados, pero han confirmado la importancia de un desarrollo integrado de proyecciones regionales. Para Bolivia, por su desarrollo relativo considerablemente menor frente a los otros miembros (a excepción de Ecuador), se produjo un desequilibrio desventajoso con las posibilidades de mercado y en la capacidad de afrontar proyectos industriales de magnitud. Se hizo necesario modificar aún más las políticas preferenciales hacia el país para permitir resultados interesantes.
Por su situación geográfica, ciertamente estratégica en el continente, Bolivia forma parte además, de los países de la Cuenca del Plata, de los países de la Cuenca Amazónica, y en el contexto latinoamericano, de ALADI. En general los resultados de estas organizaciones fueron mucho menores que los de la CAN. En los años noventa nació, en cambio, el MERCOSUR, el otro escenario fundamental de la integración sudamericana al que Bolivia optó en 1996, siendo aceptada como observador con algunos acuerdos de ventaja comercial.