En 1977 Banzer convocó a elecciones, casi tres años antes de su propio cronograma. La evidencia de que la bonanza económica se terminaba y abría paso a una severa crisis y la presión de la nueva administración estadounidense presidida por Jimmy Cárter y obsesionada por el respeto a los derechos humanos, impulsaron al gobierno a tomar la decisión. Pero el verdadero factor de inflexión surgió del seno del país.
El Che es la figura no boliviana que más ha influido en nuestra historia interna en el siglo XX. Su incursión en Bolivia, a pesar de no haber tenido una real si unificación militar y a pesar de su fracaso, reflejó uno de los momentos más notables de la utopía continental y la esperanza en un cambio radical de la sociedad nacional. Más allá de sus ideas, el Che simbolizó un tipo de hombre idealista y coherente con su prédica que caló muy hondo en la juventud del país.
Guevara nació en la Argentina (Rosario) el 14 de julio de 1928. Se graduó como médico, profesión que no ejerció. A los 24 años, en 1953 emprendió un viaje por América, llegó a Bolivia en plena Revolución y se quedó un par de semanas en el país. Conoció a Fidel Castro en México y lo acompañó en Sierra Maestra (Cuba) en la lucha revolucionaria que culminó triunfante en la toma de la ciudad de Santa Clara y la llegada a La Habanal959. Fue presidente del banco Central y ministro de Industria de Cuba. Renunció al cargo y en 1965 combatió en el Congo Belga. Después de haber desaparecido de la escena pública, reapareció en Bolivia, comandando un movimiento de guerrillas. Ingresó al país en noviembre de 1966 y combatió al ejército boliviano entre marzo de 1967 y octubre de ese año en la selva de Ñancahuazú. Derrotado en el combate de la quebrada del Churo (Yuro) fue hecho prisionero el 8 de octubre y asesinado el de octubre de 1967, cuando contaba con 39 años.