Ernesto Che Guevara (1928-1967)

El Che es la figura no boliviana que más ha influido en nuestra historia interna en el siglo XX. Su incursión en Bolivia, a pesar de no haber tenido una real si unificación militar y a pesar de su fracaso, reflejó uno de los momentos más notables de la utopía continental y la esperanza en un cambio radical de la sociedad nacional. Más allá de sus ideas, el Che simbolizó un tipo de hombre idealista y coherente con su prédica que caló muy hondo en la juventud del país.

Guevara nació en la Argentina (Rosario) el 14 de julio de 1928. Se graduó como médico, profesión que no ejerció. A los 24 años, en 1953 emprendió un viaje por América, llegó a Bolivia en plena Revolución y se quedó un par de semanas en el país. Conoció a Fidel Castro en México y lo acompañó en Sierra Maestra (Cuba) en la lucha revolucionaria que culminó triunfante en la toma de la ciudad de Santa Clara y la llegada a La Habanal959. Fue presidente del banco Central y ministro de Industria de Cuba. Renunció al cargo y en 1965 combatió en el Congo Belga. Después de haber desaparecido de la escena pública, reapareció en Bolivia, comandando un movimiento de guerrillas. Ingresó al país en noviembre de 1966 y combatió al ejército boliviano entre marzo de 1967 y octubre de ese año en la selva de Ñancahuazú. Derrotado en el combate de la quebrada del Churo (Yuro) fue hecho prisionero el 8 de octubre y asesinado el de octubre de 1967, cuando contaba con 39 años.

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En 1977 Banzer convocó a elecciones, casi tres años antes de su propio cronograma. La evidencia de que la bonanza económica se terminaba y abría paso a una severa crisis y la presión de la nueva administración estadounidense presidida por Jimmy Cárter y obsesionada por el respeto a los derechos humanos, impulsaron al gobierno a tomar la decisión. Pero el verdadero factor de inflexión surgió del seno del país.

En 1975, después de 13 años de ruptura diplomática, se reanudaron relaciones con Chile. Esta muestra de buena voluntad con Santiago tenía que ver con la reiniciación de negociaciones sobre el pendiente tema marítimo. Chile aceptó la reanudación porque le daba aire a la secante dictadura que había derrocado a Allende en 1973. El aislamiento del gobierno de Santiago era prácticamente total y este gesto mejoraba su imagen. En la fronteriza localidad de Charaña se reunieron los presidentes Banzer de Bolivia y Augusto Pinochet de Chile.

Tras la gravedad de acontecimientos, como el asesinato del Cnl. Andrés Selich ex-ministro del Interior (1971-1972), que fue brutalmente golpeado por funcionarios de seguridad del gobierno hasta matarlo, forzaron la renuncia del ministro Alfredo Arce Carpió. Paz Estenssoro fue exiliado del país ante su creciente distanciamiento y críticas al régimen, se produjeron además dos intentos de golpe de estado con la participación de militares institucionalistas y el MIR, y el deterioro del esquema del FPN que se hizo muy evidente.

El comienzo de la integración del oriente, lograda hacia 1954 con el camino Cochabamba-Santa Cruz, se impulsó en gran medida en este período. Como hemos visto Santa Cruz pasó de 42.000 habitantes en 1950 a más de 350.000 en 1980. Un crédito de más de 60 millones de US$ se destinó al algodón, el resultado fue un fracaso por el uso inadecuado y muchas veces deshonesto de los créditos. Pero, a pesar de estos elementos negativos, hubo otros aspectos. Se incrementó la vivienda y se produjo una intensificación de la ganadería.

El caso del petróleo es ilustrativo. Bolivia había pasado (años 50) a ser país exportador en pequeñísima escala. En este gobierno llego al máximo de su capacidad (1975) con una exportación de 2.105.302 m3. A partir de entonces se produjo una reducción hasta prácticamente cesar de exportar y mantener años después un difícil abastecimiento del mercado interno. YPFB, tradicionalmente una de las pocas empresas estatales solventes, entró en una espiral preocupante de pérdidas.

Tras 16 años de estabilización monetaria, en 1972 se determinó la devaluación del peso en un 66% (Sesenta y seis por ciento - de 12 pesos por dólar se pasó al cambio de 20). Por el transcurso de varios años se había mantenido una paridad artificial que ponía en riesgo a la economía. El rezago cambiario obligó a una medida radical que trajo como respuesta un intenso movimiento popular de protesta, manifestaciones, etc., con los consiguientes enfrentamientos.

Uno de los problemas que afrontó el país para encarar adecuadamente sus programas de desarrollo fue la falta de información sobre su realidad. A lo largo del siglo XX se llevaron a cabo solamente cuatro censos. El primer en 1900, el segundo cincuenta años después en 1950, el tercero en 1976 veintiséis años después y el último en 1992, dieciséis años más tarde. El censo de 1976 nos permite comparar el país de la pre-revolución con el posrevolucionario.