Alfredo Ovando Candía (1918-1982). Tercer Gobierno Ovando 1969-1970

El Gral. Ovando nació en Cobija (Pando) el 5 de abril de 1918. Estudió en el colegio Ayacucho de La Paz, luego ingresó al colegio militar. Combatió en el Chaco entre 1934 y 193 5. Fue profesor de la escuela de estado mayor. Tras la Revolución de 1952 se constituyó en el pilar fundamental de la reorganización del ejército. Ocupó el cargo de comandante en jefe de las FF.AA. Junto a Rene Barrientos organizó el golpe de estado que derrocó a Víctor Paz E. en 1964. Fue co-presidente de la república en 1965 y Presidente interino en 1966. En 1969 derrocó a Luis Adolfo Siles y asumió la presidencia hasta octubre de 1970. Fue embajador de Bolivia en España (1970 -1971). Vivió en el exilio hasta 1978. A su retorno apoyó la candidatura de Hernán Siles de la UDP. Murió en La Paz el 24 de enero de 1982 a los 63 años.

Tercer Gobierno Ovando 1969-1970

A pesar de sus posibilidades en los comicios que debían realizarse en 1970, Ovando decidió el derrocamiento de Siles Salinas. El 26 de septiembre de 1969 se produjo la proclama que a través de un “mandato revolucionario de las FF.AA” cambiaba el mando de la nación. El golpe determinó un radical cambio de rumbo en los destinos del país. Era un intento de retomar la línea originada en 1952 en el contexto de una política nacionalista de defensa de los recursos naturales y desarrollo de los medios de producción que permitiera consolidar una mayor independencia económica. En su documento central hablaba de asegurar la soberanía, diversificar la industria minera, planificar la economía, reorganizar el comercio exterior, proteger la industria nacional, elevar sueldos, fomentar las cooperativas rurales y sostener relaciones con todos los países del mundo.

Acompañaron a Ovando en su gabinete destacados intelectuales jóvenes como José Ortíz Mercado (Planeamiento), Edgar Camacho (RR.EE.), Óscar Bonfaz (Minería), Mariano Baptista Gumucio (Educación), Marcelo Quiroga Santa Cruz (Energía e Hidrocarburos), José Luis Roca (Agricultura), Alberto Bayley (Cultura, Informaciones y Turismo), Antonio Sánchez de Lozada (Hacienda) y Rolando Aguilera (Urbanismo). Este equipo alternó con jefes militares que representaban posiciones menos progresistas o francamente de derecha, lo que hizo muy difícil la convivencia y permanentes las tensiones en el seno del gabinete.

La derogación inmediata del código del petróleo fue el primer punto de acercamiento con la COB que elogió la medida. El gabinete unía a militares, miembro del MNR, de la Democracia Cristiana e independientes. En este período se aceleró la construcción de obras civiles en Vinto y la adquisición y traslado de sus equipos. Complementariamente se determinó la obligación para los productores de enviar mineral a Vinto.

El proceso de apertura mediante relaciones diplomáticas con e bloque socialista que se había comenzado y negociado intensamente en los gobiernos de Barrientos y Siles Salinas, se concretó en la iniciación de relaciones con la URSS y otros países socialistas. Ovando firmó el primer contrato comercial importante de venta de minerales a los soviéticos. En el plano internacional se firmó el Convenio de Educación Andrés Bello (1970). El ministerio de Planificación a cargo de José Ortíz Mercado presentó un “Proyecto de Estrategia Nacional de Desarrollo Económico y Social de Bolivia”, el proyecto más serio y coherente de largo plazo elaborado en Bolivia después del plan decenal del MNR.

En el campo de la educación se inició una intensa campaña de alfabetización. El ministro Baptista invitó a destacados especialistas internacionales (Ilich, Freiré) para discutir el modelo. Se creó el Banco del Libro además de planear puntos básicos para la política educativa nacional. El LAB (Lloyd Aéreo Boliviano), entró en la era del jet en abril de 1970 con la adquisición de un Boeing 727-100 (el CP-861), que sustituyó a los cuatrimotores DC-6B y al Electra, tras el trágico accidente de Viloco (septiembre de 1969).

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En 1977 Banzer convocó a elecciones, casi tres años antes de su propio cronograma. La evidencia de que la bonanza económica se terminaba y abría paso a una severa crisis y la presión de la nueva administración estadounidense presidida por Jimmy Cárter y obsesionada por el respeto a los derechos humanos, impulsaron al gobierno a tomar la decisión. Pero el verdadero factor de inflexión surgió del seno del país.

En 1975, después de 13 años de ruptura diplomática, se reanudaron relaciones con Chile. Esta muestra de buena voluntad con Santiago tenía que ver con la reiniciación de negociaciones sobre el pendiente tema marítimo. Chile aceptó la reanudación porque le daba aire a la secante dictadura que había derrocado a Allende en 1973. El aislamiento del gobierno de Santiago era prácticamente total y este gesto mejoraba su imagen. En la fronteriza localidad de Charaña se reunieron los presidentes Banzer de Bolivia y Augusto Pinochet de Chile.

Tras la gravedad de acontecimientos, como el asesinato del Cnl. Andrés Selich ex-ministro del Interior (1971-1972), que fue brutalmente golpeado por funcionarios de seguridad del gobierno hasta matarlo, forzaron la renuncia del ministro Alfredo Arce Carpió. Paz Estenssoro fue exiliado del país ante su creciente distanciamiento y críticas al régimen, se produjeron además dos intentos de golpe de estado con la participación de militares institucionalistas y el MIR, y el deterioro del esquema del FPN que se hizo muy evidente.

El comienzo de la integración del oriente, lograda hacia 1954 con el camino Cochabamba-Santa Cruz, se impulsó en gran medida en este período. Como hemos visto Santa Cruz pasó de 42.000 habitantes en 1950 a más de 350.000 en 1980. Un crédito de más de 60 millones de US$ se destinó al algodón, el resultado fue un fracaso por el uso inadecuado y muchas veces deshonesto de los créditos. Pero, a pesar de estos elementos negativos, hubo otros aspectos. Se incrementó la vivienda y se produjo una intensificación de la ganadería.

El caso del petróleo es ilustrativo. Bolivia había pasado (años 50) a ser país exportador en pequeñísima escala. En este gobierno llego al máximo de su capacidad (1975) con una exportación de 2.105.302 m3. A partir de entonces se produjo una reducción hasta prácticamente cesar de exportar y mantener años después un difícil abastecimiento del mercado interno. YPFB, tradicionalmente una de las pocas empresas estatales solventes, entró en una espiral preocupante de pérdidas.

Tras 16 años de estabilización monetaria, en 1972 se determinó la devaluación del peso en un 66% (Sesenta y seis por ciento - de 12 pesos por dólar se pasó al cambio de 20). Por el transcurso de varios años se había mantenido una paridad artificial que ponía en riesgo a la economía. El rezago cambiario obligó a una medida radical que trajo como respuesta un intenso movimiento popular de protesta, manifestaciones, etc., con los consiguientes enfrentamientos.

Uno de los problemas que afrontó el país para encarar adecuadamente sus programas de desarrollo fue la falta de información sobre su realidad. A lo largo del siglo XX se llevaron a cabo solamente cuatro censos. El primer en 1900, el segundo cincuenta años después en 1950, el tercero en 1976 veintiséis años después y el último en 1992, dieciséis años más tarde. El censo de 1976 nos permite comparar el país de la pre-revolución con el posrevolucionario.