Primer Gobierno Banzer 1971-1978

Bolivia había llegado en 1971 a una polarización que dividió la nación en dos de manera irreconciliable. Por un lado, quienes creían que había llegado la hora del cambio sin contemplaciones. Por el otro, la izquierda que atravesaba una etapa de euforia revolucionaria sin precedentes. La clase media asustada se aferró a la salida de una derecha también radical que no estaba dispuesta a ver tocados sus intereses. El anticomunismo era una bandera también intransigente. En un punto histórico como éste, no era cosible pensar en una solución por la vía del diálogo.

El contexto internacional hacía imposible un giro a la izquierda al estilo de la UP chilena. Los gobiernos de Argentina y Brasil, presididos por militares de derecha, no querían ni pensar en un vecino revuelto por la revolución. Estados Unidos apoyaba sin restricción alguna al militarismo de derecha. Torres y la asamblea popular estaban condenados, pero pelearon antes de caer definitivamente derrotados.

El gobierno estaba sustentado en las FF.AA. y en una organización denominada Frente Popular Nacionalista (FPN), hechura de Banzer, que unía irónicamente a dos enemigos teóricamente irreconciliables, FSB y el MNR, este último seguía siendo un partido gravitante en la vida nacional como se vio en los procesos electorales posteriores. El abrazo entre Mario Gutiérrez y Víctor Paz confirmó esa curiosa unión que apoyaba al Cnl. Banzer. La alianza del FPN fue un antecedente de otro abrazo más traumático aún para muchos, que protagonizó esta vez Banzer con el MIR dieciocho años después.

De los ocho gabinetes del Gobierno Banzer se pueden mencionar como ministros importantes de su administración a Mario Gutiérrez (Relaciones Exteriores), Andrés Selich (Interior), Ciro Humboldt (Trabajo), Carlos Valverde Barbery (Salud), Carlos Serrate Reich (Minas y Metalurgia), Alfredo Arce (Interior), Alberto Natusch (Agricultura y Asuntos Campesinos), Juan Pereda (Industria e Interior), Rene Bernal (Defensa), Juan Lechín Suárez (Planeamiento y Coordinación), Waldo Bernal Pereira (Educación), Carlos Calvo (Finanzas) y Guido Vildoso (Salud).

Contenidos Relacionados

En 1977 Banzer convocó a elecciones, casi tres años antes de su propio cronograma. La evidencia de que la bonanza económica se terminaba y abría paso a una severa crisis y la presión de la nueva administración estadounidense presidida por Jimmy Cárter y obsesionada por el respeto a los derechos humanos, impulsaron al gobierno a tomar la decisión. Pero el verdadero factor de inflexión surgió del seno del país.

En 1975, después de 13 años de ruptura diplomática, se reanudaron relaciones con Chile. Esta muestra de buena voluntad con Santiago tenía que ver con la reiniciación de negociaciones sobre el pendiente tema marítimo. Chile aceptó la reanudación porque le daba aire a la secante dictadura que había derrocado a Allende en 1973. El aislamiento del gobierno de Santiago era prácticamente total y este gesto mejoraba su imagen. En la fronteriza localidad de Charaña se reunieron los presidentes Banzer de Bolivia y Augusto Pinochet de Chile.

Tras la gravedad de acontecimientos, como el asesinato del Cnl. Andrés Selich ex-ministro del Interior (1971-1972), que fue brutalmente golpeado por funcionarios de seguridad del gobierno hasta matarlo, forzaron la renuncia del ministro Alfredo Arce Carpió. Paz Estenssoro fue exiliado del país ante su creciente distanciamiento y críticas al régimen, se produjeron además dos intentos de golpe de estado con la participación de militares institucionalistas y el MIR, y el deterioro del esquema del FPN que se hizo muy evidente.

El comienzo de la integración del oriente, lograda hacia 1954 con el camino Cochabamba-Santa Cruz, se impulsó en gran medida en este período. Como hemos visto Santa Cruz pasó de 42.000 habitantes en 1950 a más de 350.000 en 1980. Un crédito de más de 60 millones de US$ se destinó al algodón, el resultado fue un fracaso por el uso inadecuado y muchas veces deshonesto de los créditos. Pero, a pesar de estos elementos negativos, hubo otros aspectos. Se incrementó la vivienda y se produjo una intensificación de la ganadería.

El caso del petróleo es ilustrativo. Bolivia había pasado (años 50) a ser país exportador en pequeñísima escala. En este gobierno llego al máximo de su capacidad (1975) con una exportación de 2.105.302 m3. A partir de entonces se produjo una reducción hasta prácticamente cesar de exportar y mantener años después un difícil abastecimiento del mercado interno. YPFB, tradicionalmente una de las pocas empresas estatales solventes, entró en una espiral preocupante de pérdidas.

Tras 16 años de estabilización monetaria, en 1972 se determinó la devaluación del peso en un 66% (Sesenta y seis por ciento - de 12 pesos por dólar se pasó al cambio de 20). Por el transcurso de varios años se había mantenido una paridad artificial que ponía en riesgo a la economía. El rezago cambiario obligó a una medida radical que trajo como respuesta un intenso movimiento popular de protesta, manifestaciones, etc., con los consiguientes enfrentamientos.

Uno de los problemas que afrontó el país para encarar adecuadamente sus programas de desarrollo fue la falta de información sobre su realidad. A lo largo del siglo XX se llevaron a cabo solamente cuatro censos. El primer en 1900, el segundo cincuenta años después en 1950, el tercero en 1976 veintiséis años después y el último en 1992, dieciséis años más tarde. El censo de 1976 nos permite comparar el país de la pre-revolución con el posrevolucionario.