Segundo Gobierno Ovando 1966. Las Elecciones de 1966

Una medida se destaca durante esta administración interina. La suscripción de un contrato con la firma alemana Klockner para la instalación de una fundición de estaño en Vinto (Oruro). La medida complementaba, aunque con retraso, la significación de la nacionalización de las minas y apuntaba al logro de una real independencia económica. Bolivia dejó así de depender de fundiciones extranjeras (controladas en el caso del estaño por la empresa Patiño) y aumentaba el ingreso de divisas al subir sustancialmente los precios del estaño fundido, que hasta 1970 se vendía exclusivamente en forma de concentrados. Lamentablemente la mala administración, la ineficiencia y la burocratización hicieron que las fundiciones bolivianas comenzaran a dar pérdidas desde finales de los años setenta. Esta situación se controló y se produjo una recuperación que permitió tener a la Empresa Nacional de Fundiciones (ENAF) en una economía equilibrada.

También debe mencionarse la creación de la Fuerza Naval Boliviana (hoy Armada Boliviana), completando las tres armas que conforman hoy las Fuerzas Armadas.

Las Elecciones de 1966

El 3 de julio se realizaron las elecciones generales. Se presentaron seis candidaturas, ninguna con posibilidades frente a la candidatura oficial. Se proscribió a Víctor Paz y Hernán Siles que no pudieron presentarse. A pesar de su popularidad, Barrientos no quería arriesgarse y como sabía que el peso de la reforma agraria seguía marcando una preferencia indiscutible de los campesinos por los líderes movimientistas, prefirió cortar por lo sano. La fórmula Rene Barrientos-Luis Adolfo Siles Salinas ganó las elecciones (677.805 votos, 61,6%), en segundo lugar estuvo FSB con Bernardino Bilbao-Gonzalo Romero (138.001 votos, 12,5%) y en tercer lugar un sector disidente del MNR con Víctor Andrade-Rafael Otazo (88.392 votos, 8%).

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En 1977 Banzer convocó a elecciones, casi tres años antes de su propio cronograma. La evidencia de que la bonanza económica se terminaba y abría paso a una severa crisis y la presión de la nueva administración estadounidense presidida por Jimmy Cárter y obsesionada por el respeto a los derechos humanos, impulsaron al gobierno a tomar la decisión. Pero el verdadero factor de inflexión surgió del seno del país.

En 1975, después de 13 años de ruptura diplomática, se reanudaron relaciones con Chile. Esta muestra de buena voluntad con Santiago tenía que ver con la reiniciación de negociaciones sobre el pendiente tema marítimo. Chile aceptó la reanudación porque le daba aire a la secante dictadura que había derrocado a Allende en 1973. El aislamiento del gobierno de Santiago era prácticamente total y este gesto mejoraba su imagen. En la fronteriza localidad de Charaña se reunieron los presidentes Banzer de Bolivia y Augusto Pinochet de Chile.

Tras la gravedad de acontecimientos, como el asesinato del Cnl. Andrés Selich ex-ministro del Interior (1971-1972), que fue brutalmente golpeado por funcionarios de seguridad del gobierno hasta matarlo, forzaron la renuncia del ministro Alfredo Arce Carpió. Paz Estenssoro fue exiliado del país ante su creciente distanciamiento y críticas al régimen, se produjeron además dos intentos de golpe de estado con la participación de militares institucionalistas y el MIR, y el deterioro del esquema del FPN que se hizo muy evidente.

El comienzo de la integración del oriente, lograda hacia 1954 con el camino Cochabamba-Santa Cruz, se impulsó en gran medida en este período. Como hemos visto Santa Cruz pasó de 42.000 habitantes en 1950 a más de 350.000 en 1980. Un crédito de más de 60 millones de US$ se destinó al algodón, el resultado fue un fracaso por el uso inadecuado y muchas veces deshonesto de los créditos. Pero, a pesar de estos elementos negativos, hubo otros aspectos. Se incrementó la vivienda y se produjo una intensificación de la ganadería.

El caso del petróleo es ilustrativo. Bolivia había pasado (años 50) a ser país exportador en pequeñísima escala. En este gobierno llego al máximo de su capacidad (1975) con una exportación de 2.105.302 m3. A partir de entonces se produjo una reducción hasta prácticamente cesar de exportar y mantener años después un difícil abastecimiento del mercado interno. YPFB, tradicionalmente una de las pocas empresas estatales solventes, entró en una espiral preocupante de pérdidas.

Tras 16 años de estabilización monetaria, en 1972 se determinó la devaluación del peso en un 66% (Sesenta y seis por ciento - de 12 pesos por dólar se pasó al cambio de 20). Por el transcurso de varios años se había mantenido una paridad artificial que ponía en riesgo a la economía. El rezago cambiario obligó a una medida radical que trajo como respuesta un intenso movimiento popular de protesta, manifestaciones, etc., con los consiguientes enfrentamientos.

Uno de los problemas que afrontó el país para encarar adecuadamente sus programas de desarrollo fue la falta de información sobre su realidad. A lo largo del siglo XX se llevaron a cabo solamente cuatro censos. El primer en 1900, el segundo cincuenta años después en 1950, el tercero en 1976 veintiséis años después y el último en 1992, dieciséis años más tarde. El censo de 1976 nos permite comparar el país de la pre-revolución con el posrevolucionario.