En 1977 Banzer convocó a elecciones, casi tres años antes de su propio cronograma. La evidencia de que la bonanza económica se terminaba y abría paso a una severa crisis y la presión de la nueva administración estadounidense presidida por Jimmy Cárter y obsesionada por el respeto a los derechos humanos, impulsaron al gobierno a tomar la decisión. Pero el verdadero factor de inflexión surgió del seno del país.
En julio de 1970 estalló en la zona de Teoponte (norte de La Paz) un movimiento de guerrilla de precaria organización en el espíritu de la guerrilla del Che, nacida de sectores universitarios y de grupos radicalizados de la Democracia Cristiana; apareció también la sigla del ELN, organización político-militar que nació en la guerrilla le 1967. Fueron 75 jóvenes que partieron de La Paz hacia los Yungas (norte de La Paz-Alto Beni) camuflados como si fueran grupos de alfabetizado-res. Era un número superior al de los guerrilleros que habían acompañado al Che. El 19 de julio de 1970 irrumpieron en la empresa minera South American Placer y secuestraron a los técnicos extranjeros Gunter Lerch y Eugenio Schulhauser. Negociaron la libertad de varios guerrilleros presos entre ellos Loyola Guzmán. El 22 de julio liberaron a los técnicos alemanes.
La experiencia terminó trágicamente con la muerte de muchos guerrilleros por hambre y el resto aniquilado por el ejército. Allí se perdieron jóvenes brillantes como Néstor Paz (autor de un dramático y hermoso diario de guerrilla firmado bajo el seudónimo de Francisco, que muestra la indefensión y total inexperiencia de los bisoños combatientes), el folklorista Benjo Cruz, los hermanos Quiroga Bonadona y otros. En octubre y noviembre de 1970 el movimiento había sido totalmente exterminado. El ELN hizo conocer una lista de 66 guerrilleros muertos y el ejército dio su propia lista con 53 muertos. Osvaldo “Chato” Peredo jefe de la guerrilla fue hecho prisionero por el ejército que prácticamente no sufrió bajas en este episodio.
Unos meses antes, en Abril de 1970 se desencadenó un proceso dentro de la principal universidad del país, la universidad Mayor de San Andrés de La Paz. Se denominó revolución universitaria y fue protagonizada por jóvenes radicales inspirados en el mayo francés de 1968, pero con el ingrediente radical de posiciones marxistas extremas. Los estudiantes exigieron el poder y se lo tomaron, se produjo una purga masiva de catedráticos y una situación de crisis total. La respuesta fue un asalto con grupos falangistas y delincuentes juveniles (los “marqueses”) que tomaron el edificio central. El problema se resolvió con la devolución del edificio y el comienzo de un proceso de radicalización que incluyó el co-gobierno paritario y el veto político.
Simultáneamente se desató una ola de violencia en La Paz con atentados terroristas y explosiones de bombas en diversos sectores de la ciudad. Por entonces se produjo el asesinato de Alfredo Alexander y su esposa (Alexander era director del matutino Hoy) también fueron asesinados el político y periodista Jaime Otero Calderón y el diputado y dirigente campesino Jorge Soliz. Estas muertes nunca fueron aclaradas y desmejoraron notablemente la imagen del gobierno. Como móvil de alguno de los crímenes se mencionó la decisión de eliminar a testigos o poseedores de información que demostrarían la existencia de un negociado de venta de armas a Israel con la intermediación de los generales Ovando y Barrientos.
Estas oscuras circunstancias debilitaron el respaldo a Ovando; la sorda batalla entre sectores de derecha e izquierda en las FF.AA., la salida de algunas figuras importantes del gabinete y la muerte accidental de un hijo del Presidente desmoralizaron al gobernante que se doblegó ante una situación cada vez más descontrolada y terminó cercado por sus propios camaradas de armas.