En 1977 Banzer convocó a elecciones, casi tres años antes de su propio cronograma. La evidencia de que la bonanza económica se terminaba y abría paso a una severa crisis y la presión de la nueva administración estadounidense presidida por Jimmy Cárter y obsesionada por el respeto a los derechos humanos, impulsaron al gobierno a tomar la decisión. Pero el verdadero factor de inflexión surgió del seno del país.
Bajo la inspiración del ministro Marcelo Quiroga, el gobierno determinó el 17 de octubre de 1969 la nacionalización de los bienes c e la Gulf. Como ya vimos, la Gulf trabajaba en Bolivia desde 1956. El 11% de regalías departamentales y el 30% sobre utilidad era un porcentaje insuficiente, además de mantener el control sobre el gas en manos extranjeras. En el lapso de 12 años los beneficios para el estado, particularmente en la explotación del gas, justificaron esa medida que en un primer momento fue criticada por sectores conservadores.
El país, a través de la administración de YPFB, obtuvo por 1a venta de hidrocarburos de ese sector nacionalizado más de 1.000 millones de dólares en la última década. La producción de petróleo en el período 1964-1969 experimentó una subida espectacular. Pasó de 8.000 barriles día a casi 40.000, fue el segundo nivel más alto de producción de la historia. La producción de gas trepó de 25 millones de pies cúbicos día en 1965 hasta más de 75 millones en 1969. Era el antecedente de una etapa de bonanza que tuvo su pico mayor en los años setenta.