A fines de septiembre y a propuesta le la Confederación de Empresarios Privados, algunos partidos políticos y el vespertino “Ultima Hora”, el gobierno decidió convocar al parlamento elegido en 1980. Desde el punto de vista de 1a UDP la situación era paradójica, pues si por una parte era evidente que el congreso elegiría a Hernán Siles, por otra no era menos cierto que una eventual elección en ese momento le podía dar una cómoda mayoría absoluta que en ese congreso no tenía.
A pesar de que al principio casi toda las FEAA. apoyaron el golpe de estado, a medida que pasaban los meses el malestar interno se expresó con intensidad. Los excesos de este gobierno superaron incluso los criterios más “flexibles” que habían tenido determinados sectores de la fuerza armada del país en el pasado. Algunas normas básicas de convivencia interna y códigos elementales de honor fueron alterados por la dictadura que terminó siendo repudiada por la propia institución que la llevó al poder.
En enero se produjo un motín en el colegio militar de La Paz que exigió y logró la destitución de Luis Arce del ministerio del Interior. En mayo se sublevó el CITE de Cochabamba al mando del Cnl. Emilio Lanza. Tras dos intentos del mismo oficial, la sublevación fue controlada y Lanza exiliado. Poco después se produjo un alzamiento en campo Tita protagonizado por el exministro Carlos Valverde. Allí fue herido en circunstancias no esclarecidas el Gral. Gary Prado que quedó paralítico. En julio los generales Luis Añez y Humberto Cayoja se sublevaron en La Paz, la acción fue controlada a último memento y los cabecillas exiliados.
Finalmente el 3 de agosto se levantaron en Santa Cruz Albterto Natusch y Luis Añez, con el apoyo del ex-presidente Luis Adolfo Siles. Fue el asalto fina. La mediación de la Iglesia evitó que los sublevados hicieran gobierno y dio paso a una efímera Junta Militar. García Meza que en julio había expresado su deseo de mantenerse en el mando y que meses antes dijo que su gobierno abría una nueva época de por lo menos veinte años, no tuvo más remedio que presentar su renuncia a la presidencia en una tensa y desagradable ceremonia en el palacio de gobierno.