A fines de septiembre y a propuesta le la Confederación de Empresarios Privados, algunos partidos políticos y el vespertino “Ultima Hora”, el gobierno decidió convocar al parlamento elegido en 1980. Desde el punto de vista de 1a UDP la situación era paradójica, pues si por una parte era evidente que el congreso elegiría a Hernán Siles, por otra no era menos cierto que una eventual elección en ese momento le podía dar una cómoda mayoría absoluta que en ese congreso no tenía.
Organizado tan meticulosamente que incluyó la presencia de asesores argentinos incluso en la represión, la tortura y la organización de grupos paramilitares a cargo de Luis Arce, el golpe se desencadenó el jueves 17 de julio con un alzamiento de la división asentada en Trinidad y la inmediata toma de la COB y el palacio de gobierno en La Paz.
La COB fue asaltada por paramilitares que llegaron en ambulancias de la CNSS, interrumpiendo una reunión del Comité de Defensa de la Democracia (CONADE). En esa ocasión fue fríamente asesinado Marcelo Quiroga Santa Cruz, además del dirigente político Carlos Flores y el sindical Justo Vega. Fueron detenidos docenas de jefes políticos y sindicales incluido Juan Lechín. Tras el asalto al palacio de gobierno fueron detenidos casi todos los miembros del gabinete y la Presidenta fue recluida en la residencia presidencial. En la noche de ese día la señora Gueiler, bajo severas presiones, fue obligada a renunciar a la presidencia.
Se estableció el toque de queda (de 9 de la noche a seis de la mañana), la cadena radial y la censura total de prensa. Las minas, que se convirtieron en el último heroico foco de resistencia al golpe, fueron intervenidas y atacadas con un saldo de varios muertos.