A fines de septiembre y a propuesta le la Confederación de Empresarios Privados, algunos partidos políticos y el vespertino “Ultima Hora”, el gobierno decidió convocar al parlamento elegido en 1980. Desde el punto de vista de 1a UDP la situación era paradójica, pues si por una parte era evidente que el congreso elegiría a Hernán Siles, por otra no era menos cierto que una eventual elección en ese momento le podía dar una cómoda mayoría absoluta que en ese congreso no tenía.
El 15 de enero de 1981 se reunió la dirección clandestina del MIR en Bolivia para analizar un paquete económico que había lanzado el gobierno, que determinó el alza de varios productos de la canasta familiar. El grupo fue delatado y el ministerio del Interior, dirigido por Arce Gómez, organizó un operativo de aniquilación que culminó con el asesinato de ocho de los nueve dirigentes presentes en la reunión en una casa de la calle Harrington de La Paz. Fueron masacrados Luis Suárez Guzmán, Arcil Menacho, José Reyes, Ramiro Velásco, Artemío Camargo, Ricardo Navarro, Jorge Baldivieso y Gonzalo Barrón.
Milagrosamente se salvó la dirigente Gloria Ardaya que fue torturada después de los hechos y enviados posteriormente al exilio. Poco tiempo antes Arce había advertido que todos los bolivianos debían ir con su testamento bajo el brazo. Para quienes estuvieran contra el régimen el ministro del Interior dijo: “No va haber perdón” y cumplió su amenaza sin misericordia.