Las Elecciones de 1979. El Empantanamiento. La Solución Guevara

El proceso electoral tuvo esta vez un carácter de mayor libertad dada la neutralidad del poder Ejecutivo. El clima electoral tenso se caracterizó por el encono y las acusaciones entre las diversas candidaturas. Además de los nombres centrales de Siles (UDP) y Paz (MNR) se perfilaron dos contendientes de peso, el primero Hugo Banzer que surgía a la vida política después de su larga presidencia con un nuevo partido fundado en enero de 1979, Acción Democrática Nacionalista (ADN) de tendencia conservadora de derecha. El otro candidato era Marcelo Quiroga Santa Cruz del Partido Socialista 1 (PS-1) que había obtenido un pálido resultado en 1978 pero que ahora subía en el favor electoral. El resultado final (1o de julio de 1979) fue el de un virtual empate. Hernán Siles obtuvo 528.696 votos (35.99%) contra 527.184 (35.89%) de Víctor Paz. Banzer logró 218.587, logrando un sorpresivo y notable tercer lugar y Quiroga 70.765, nueve veces más que en 1978. Las acusaciones de fraude contra el MNR surgieron después de la etapa de recuento de votos, en la que se anularon centenares de mesas por cualquier detalle, bajo el amparo de una ley electoral que lo permitía.

El virtual empate entre Siles y Paz, dada la mínima diferencia de 1.512 votos entre el primero y el segundo abrió las puertas para una batalla intransigente en el legislativo. Al no obtener la mayoría absoluta ningún candidato, la decisión final le tocó al parlamento que, tras siete votaciones entre el 4 y el 5 de agosto, no pudo lograr la mayoría para ningún candidato (a Paz le faltaron cuatro votos que no pudo obtener a pesar de su mayoría congresal). Fueron dos jornadas de alta tensión y con la sombra del golpe rondando sobre los parlamentarios. Las posturas eran tan intransigentes que en las siete votaciones los 25 parlamentarios adenistas votaron en blanco y los 5 del PS-1 anularon sus votos. En esos días era impensable un acercamiento del MNR o UDP a cualquiera de esas dos fuerzas para lograr una solución al entrabamiento y un proyecto de gobernabilidad. Esta experiencia traumática que fue saludada por dos sangrientos , golpes de estado en meses ulteriores, y la que vivió la UDP, condujeron por fin a los políticos a soluciones razonables y de diálogo, inauguradas en 1985 con el pacto por la democracia firmado entre Paz y Banzer.

Finalmente, a propuesta del honorable Tineo de ADN, se decidió designar como Presidente constitucional interino de la república por un año a Wálter Guevara Arze (electo por la coalición del MNR) a la sazón presidente del congreso.

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A fines de septiembre y a propuesta le la Confederación de Empresarios Privados, algunos partidos políticos y el vespertino “Ultima Hora”, el gobierno decidió convocar al parlamento elegido en 1980. Desde el punto de vista de 1a UDP la situación era paradójica, pues si por una parte era evidente que el congreso elegiría a Hernán Siles, por otra no era menos cierto que una eventual elección en ese momento le podía dar una cómoda mayoría absoluta que en ese congreso no tenía.

Guido Vildoso nació en Cochabamba en 1937. Se graduó en el colegio militar de ejército. Fue profesor en el colegio militar. Realizó estudios de especialización en Estados Unidos, Panamá y Brasil. Fue comandante de la escuela de comando y estado mayor de la VII división de ejército. En el gobierno Banzer fue ministro de Previsión Social y Salud Pública. Por decisión de las FF.AA. fue designado Presidente de la república cuando tenía 45 años. Entregó el mando al Presidente constitucional electo Hernán Siles. Tras dejar la presidencia se retiró a la vida privada.

En el único intento de tomar una acción correctiva ante el desmoronamiento de la economía, el gobierno decidió una medida monetaria que el país se había negado tradicionalmente a adoptar ante la debilidad del peso. Fue la “flotación” de nuestra moneda en relación al dólar, evitando así la devaluación fija y no flexible asumida en 1956, 1972 y 1979.

La caída de García Meza fue formalmente adornada como renuncia y dio lugar a una junta de gobierno integrada por los tres máximos comandantes de las FF.AA., Celso Torrelio Villa del ejército, Waldo Bernal Pereira de la aviación y Óscar Pammo Rodríguez de la Armada. Mientras Torrelio tuvo un ascenso fulgurante durante el gobierno dictatorial, los otros dos comandantes se mantuvieron en sus cargos como para demostrar que el poder garciamezista se mantenía intacto.

A pesar de que al principio casi toda las FEAA. apoyaron el golpe de estado, a medida que pasaban los meses el malestar interno se expresó con intensidad. Los excesos de este gobierno superaron incluso los criterios más “flexibles” que habían tenido determinados sectores de la fuerza armada del país en el pasado. Algunas normas básicas de convivencia interna y códigos elementales de honor fueron alterados por la dictadura que terminó siendo repudiada por la propia institución que la llevó al poder.

La década de los años ochenta marco un hecho de trascendencia histórica dramática y determinante para la realidad social, económica y moral del país; el crecimiento espectacular del narcotráfico como negocio de insospechada expansión.

El gobierno García Meza fue acusado y condenado en la corte suprema por varios negociados, entre otros el de los vidrios rayban de la piscina Olímpica de La Paz que fueron usados en casas particulares de algunos oficiales de alta graduación, la adquisición fraudulenta de maquinaria para YPFB, la compra sobrevaluada de carritos de agricultura de origen argentino y otros.