A fines de septiembre y a propuesta le la Confederación de Empresarios Privados, algunos partidos políticos y el vespertino “Ultima Hora”, el gobierno decidió convocar al parlamento elegido en 1980. Desde el punto de vista de 1a UDP la situación era paradójica, pues si por una parte era evidente que el congreso elegiría a Hernán Siles, por otra no era menos cierto que una eventual elección en ese momento le podía dar una cómoda mayoría absoluta que en ese congreso no tenía.
A pesar de todo, las elecciones se realizaron en ambiente de absoluta calma. La Presidenta logró cumplir una de sus máximas aspiraciones, presidir una elección pacífica y transparente. Volvió a ganar Hernán Siles con 507.173 votos (38.74%), el segundo lugar fue otra vez para Víctor Paz con 263.706 votos (20.15%) que perdió la mitad de los votos obtenidos en 1979 en gran medida por la sombra del golpe de noviembre que muchos le atribuían. Banzer logró 220.309 (16.83%), sin variantes en relación al 79, y Quiroga Santa Cruz 113.959 (8.71%), casi el doble de 1979. La proyección del líder socialista era excepcional y su crecimiento electoral superó toda expectativa.
Una vez más el Congreso tenía que decidir el ganador al no haber obtenido ningún candidato mayoría absoluta. La realidad era, sin embargo, dramática. El país entero sabía que el golpe de estado llegaría, lo único que quedaba como interrogante era cuando. Los militares se jactaban de su poder y de que interrumpirían el proceso en cualquier momento, lo hacían en privado y en público. El gobierno estaba absolutamente inerme para evitar esa situación y simplemente apostaba a durar lo más que le fuera posible. En esas condiciones, el 17 de julio, 18 días después de las elecciones, se produjo el golpe de García Meza.