A fines de septiembre y a propuesta le la Confederación de Empresarios Privados, algunos partidos políticos y el vespertino “Ultima Hora”, el gobierno decidió convocar al parlamento elegido en 1980. Desde el punto de vista de 1a UDP la situación era paradójica, pues si por una parte era evidente que el congreso elegiría a Hernán Siles, por otra no era menos cierto que una eventual elección en ese momento le podía dar una cómoda mayoría absoluta que en ese congreso no tenía.
Durante la primera mitad de 1980 grupos y personas allegadas a los militares golpistas, iniciaron una ola de violencia que cobró varas víctimas. El 22 de marzo fue brutalmente asesinado después de ser torturado el sacerdote, periodista y crítico de cine Luis Espinal, una de las personalidades más respetadas de la cultura boliviana. Casi 70.000 personas asistieron a su entierro en señal de repudio al crimen y a los golpistas.
El 2 de junio una avioneta que trasladaba al candidato vicepresidencial Jaime Paz Zamora y cuatro dirigentes de la UDP, se precipitó a tierra en circunstancias no esclarecidas. Todos los ocupantes murieron a excepción de Paz Zamora que sufrió graves quemaduras. La avioneta siniestrada pertenecía a una compañía de taxis aéreos de Luis Arce Gómez.
Dos días antes de las elecciones una manifestación de la UDP que marchaba por el Prado de La Paz fue atacada por terroristas que lanzaron una granada de mano; el saldo fue de dos muertos y trece heridos. El mensaje estaba claro, las posiciones progresistas de personas y partidos no eran toleradas por los militares más reaccionar os y los grupos civiles que los secundaban.