La actividad de Bolívar en Bolivia se redujo a establecer, mediante leyes, las bases legales de la nueva nación, correspondiendo a Sucre la tarea de reactivar la economía y de sostener una política de reformas revolucionarias que significaban un cambio sustancial en todos los estratos de la sociedad. Para lograr este objetivo Sucre necesitaba rodearse de hombres capaces y de su entera confianza, además debían estar acordes ideológicamente con el sistema republicano.
Nació en la ciudad venezolana de Cumaná, era hijo de Vicente Sucre y Urbaneja y de María Manuela de Alcalá. A los 15 años fue a Caracas a estudiar ingeniería militar. Allí se ve envuelto en la revolución y muy pronto actúa junto a Bolívar, acompañándolo cuando éste va a la Nueva Granada (actual Colombia), involucrados ambos en la tarea libertaria. Venció en Pichincha (Ecuador) y Ayacucho (Perú), batallas que fueron definitivas para la consolidación de las nuevas naciones americanas. Fue presidente de Bolivia (1826-1828). Se casó en Quito con Mariana Carcelén y Larrea, marquesa de Solanda, quien le dio una hija.
Lo más notable de Antonio José de Sucre es su carácter. Fidelidad para lo amigos, como lo demostró su adhesión incondicional a Simón Bolívar, la honestidad en el desempeño de sus funciones y la falta de ambición personal, hecho muy evidente cuando su figura deslumbra en el panorama boliviano y él accede a la presidencia muy a pesar suyo, pues nunca persiguió el mando político. Fue un hombre perspicaz que supo percibir el curso de la historia aun antes de que los acontecimientos se desencadenaran, por ello su reticencia a pasar el Desaguadero y sus consultas antes de tomar la determinación de dejar que los altoperuanos definieran por sí mismos su propio destino. Buscó la opinión de quienes consideraba los más informados, aunque no tuviera afinidades con ellos, tal el caso de Casimiro Olañeta, con quien conversa y cambia opiniones, pese a las grandes diferencias que los separaban.
La opinión de los historiadores sobre Sucre es unánime, fue un hombre incorruptible, fiel a sus ideales; pero hombre de su tiempo al fin, sus actos respondieron a cambios radicales que dejaban de lado las tradiciones y los sistemas establecidos. Además, él era un venezolano de corazón que no se hizo eco ni del pan andinismo de Santa Cruz ni del panamericanismo de Bolívar, manteniéndose , dentro de las circunstancias, alejado del ajetreo político de Bolivia. El fue la espada que mantuvo al Perú entre dos fuegos cuando las diferencias entre Perú y Colombia se ahondaron. Finalmente fue víctima en Berruecos, cerca de Pasto (Colombia), donde fue asesinado en circunstancias oscuras, el 4 junio de 1830.