Ley (ecuación) de continuidad. Velocidad y caudal sanguíneos

Dado que la sangre es, como todos los líquidos, incompresible, el caudal que atraviesa cualquier sección del lecho vascular debe ser el mismo.  El caudal Q es igual al producto del área de sección (S) por la velocidad (v).

A lo largo de un tubo de sección constante, la velocidad evidentemente no varía.  Si la sección aumenta, la velocidad disminuye y recíprocamente, si la sección disminuye la velocidad aumenta.

Cuando un tubo se bifurca, la velocidad en las minas dependí; del área de sección sumada que representan.

Es por ello que, en el caso de la figura siguiente, como S2 + S3 > SI y S2 = S3 se cumple que:

Es por esto que la velocidad de la sangre disminuye desde el corazón hacia los capilares, ya que la sección total del lecho vascular aumenta y luego aumenta desde los capilares hasta la aurícula derecha, ya que la sección total disminuye.

En fisiología cardiovascular, el caudal es denominado volumen minuto o gasto cardíaco.  El mismo dependerá de la descarga sistólica DS, volumen eyectado en cada contracción) y de la frecuencia cardíaca (Fc):

Si damos los valores medios observados obtendremos el siguiente resultado:

Es decir, alrededor de cinco litros por minuto.

Si aplicamos lo anterior a la fisiología respiratoria, podemos calcular:

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- Analizaremos aquí la utilización de los ultrasonidos por su capacidad de liberar en los tejidos.  Se denomina ultrasonido a las vibraciones mecánicas propagadas en los medios elásticos que tienen una frecuencia mayor al límite audible (20.000 c/s).

- El sonido, onda mecánica transmitida por vía aérea, hace vibrar la membrana timpánica. Este movimiento oscilatorio se transmite a la ventana oval por la cadena ósea situada en el oído medio.

- La palanca formada por los huesillos aumenta la fuerza del movimiento transmitido al tímpano en un 30%.

La audiometría consiste en la determinación de los umbrales de sensibilidad auditiva de un individuo para las distintas frecuencias (espectro audible). Para ello se considera un sonido como cero decibel cuando tiene la intensidad del mínimo audible para la mayoría de la población a 1000 c/s (10-12 Watt/m2).

Las intensidades que puede captar el oído humano varían entre I0-12 W/m2 y 1 W/m2 (un factor enorme de 1012). El oído humano percibe la intensidad de un sonido como una sensación subjetiva de sonoridad. Sin embargo, si la intensidad se duplica, la sonoridad no se incrementa por un factor de 2. Experimentos realizados por vez primera por A. G. Bell mostraron que para duplicar la sonoridad, la intensidad del sonido debe aumentarse aproximadamente en un factor de 10.

La intensidad del sonido audible va desde aquel que produce sobre la membrana del tímpano una presión de 2.10-5 Newton/m2 (sonido mínimo audible; I = 10-12 Watt/m2) hasta el que produce presiones de 28 Newton/m2 (sonido máximo tolerable; I = 102 Watt/m2) (ver cuadro sgte).

- La distancia a la que se puede oír un sonido depende de su intensidad, que es el flujo medio de energía por unidad de área perpendicular a la dirección de propagación.

- La amplitud de una onda de sonido es el grado de movimiento de las moléculas de aire en la onda, que corresponde a la intensidad del enrarecimiento y compresión que la acompañan.  Cuanto mayor es la amplitud de la onda, más intensamente golpean las moléculas el tímpano y más fuerte es el sonido percibido, (ver Figura 6.3.).