- Analizaremos aquí la utilización de los ultrasonidos por su capacidad de liberar en los tejidos. Se denomina ultrasonido a las vibraciones mecánicas propagadas en los medios elásticos que tienen una frecuencia mayor al límite audible (20.000 c/s).
- El sonido, onda mecánica transmitida por vía aérea, hace vibrar la membrana timpánica. Este movimiento oscilatorio se transmite a la ventana oval por la cadena ósea situada en el oído medio.
- La palanca formada por los huesillos aumenta la fuerza del movimiento transmitido al tímpano en un 30%.
- Como la superficie de la membrana timpánica es 22 veces más grande que la superficie de la ventana oval, la presión transmitida aumenta alrededor de 30 veces. La frecuencia de resonancia del sistema de los huesillos es de alrededor de 1.200 c/s. Por la combinación de los efectos de resonancia en este sistema y en el canal auditivo la transmisión del sonido entre el aire y el oído interno es excelente entre 600 y 6.000 c/s. Para frecuencias mayores o menores la eficacia disminuye.
- La vibración de la platina del estribo (último huesillo de la cadena) determina, a través de la membrana oval los movimientos del líquido perilinfático de la rampa vestibular.
- El oído interno está formado por un conducto en caracol, la cóclea (ver Figura 6.8.), dividido en tres secciones longitudinales: las rampas vestibular, media y timpánica.
- En uno de los extremos la rampa vestibular termina en la ventana oval, y rampa timpánica en la ventana redonda.
- En el otro extremo del caracol las rampas vestibular y timpánica se comunican por el helicotrema.
- Como ya dijimos la membrana oval está obturada por la platina del estribo. Cuando la presión llega a la ventana oval la onda "sube" por la rampa timpánica hasta el helicotrema y "baja" por la rampa vestibular hasta la ventana redonda. Esta última es una membrana elástica que se provee hacia la cavidad del oído medio.
Figura 6.8: El caracol. Vista en perspectiva.
Conducción aérea y ósea
- Cuando se explora la función auditiva se analiza la percepción del sonido por transmisión aérea (mecanismo ya descrito) y luego se determina la percepción del sonido por transmisión ósea: un sonido puede llegar a excitar al órgano de Corti al transmitirse por los huesos del cráneo. Es el ruido que se percibe, por ejemplo, al masticar un alimento duro y seco. Para explorar la conducción ósea se coloca un diapasón vibrando apoyado en las apófisis mastoideas de cada lado y luego en el vértice de la cabeza. Finalmente, se lo hará vibrar delante de cada oído. El paciente informará si oye más de un lado o del otro, si es mejor la audición ósea que aérea, etc.
- Digamos aquí que una persona normal percibe sonidos a partir de una frecuencia de unos 16 c/s y hasta un nivel superior de 26.000 c/s. El umbral mínimo se encuentra, como ya dijimos, a 1.000 c/s subiendo para frecuencias mayores o menores.