Lugar y ambiente de desarrollo. a) El árbol de la goma, llamado también siringa, hevea o Siphonia brasilensis, desarrolla originaria y espontáneamente en la Hoya Amazónica, constituyendo las estradas gomeras (zonas que comprenden de 120 a 180 árboles). Fue conocido y utilizado en la América desde hace más de cuatro siglos.
Características. a) Planta herbácea, anual, con fruto en vaina, que vive en nuestras zonas de clima templado (Cochabamba, Chuquisaca y Tarija), habiéndose logrado aclimatar, con ventaja, en el Altiplano (Oruro, Potosí, La Paz y especialmente en Copacabana).
b) Vegetal oriundo de la China, donde constituía, en la antigüedad, uno de los cinco granos de cultivo predilecto y ceremonioso; después pasó a Europa, de donde nos la trajeron los españoles durante el Coloniaje.
c) El dispositivo de la corola se caracteriza por la forma amariposada, motivo por el que esta leguminosa se agrupa también en la familia de las Papilionáceas.
Estructura. 1) Tallo: Delgado, erguido, recto y aristado, que mide alrededor de un metro. 2) Hojas: Forma ovalada, color verde-blanquecino; el envés presenta nervaduras sobresalientes y la haz es suave al tacto; son compuestas de 5 a 7 hojuelas (imparipinadas). 3) Flores: Blancas, rosadas y con jaspes negros en los pétalos laterales, son muy olorosas; de cáliz gamosépalo y de corola pentapétala de tamaño diferente y distribución distinta (estandarte, alas y quilla). 4) Raíz: Fibrosa, poco ramificada y con bastantes pelos absorbentes. 5) Fruto: En vaina larga que se abre por la sutura ventral y dorsal (dehiscente), formando una hoja carpelar, lo que determina la agrupación entre las legumbres o Leguminosas. 6) Semillas: Son planas y oblongadas, de dos cotiledones, carnosas, farináceas y muy nutritivas por ser ricas en principios minerales (hierro, potasio, calcio, fósforo y sodio).
Cultivo. Se multiplica por semilla, sembrándose en cualquier época del año, generalmente en los meses de julio y agosto; nace después de una semana y a los 3 a 4 meses ya fructifica. Su rendimiento depende de los oportunos cuidados agrícolas (desyerbe, aporque y riego en plena floración). Esta planta, como todas las leguminosas, tiene la propiedad de fijar el ázoe del aire, en sus raíces, mediante microorganismos especiales. Ese elemento nitrogenado, se presenta en las raicillas, a simple vista, en forma de pequeños grumos o bolitas blanquecinas. Por eso, las leguminosas, en virtud de esa magnífica cualidad, lejos de esquilmar, abonan el terreno.
Variedades. Son muchas en atención, sobre todo, al tamaño de la vaina y de las semillas: a) Grande (tanto la semilla como la vaina), b) Mediana (de color blanco y muy farináceo), c) Pequeña (grano menudo y utilizable en tostado); también existen otras variedades de color jaspeado y rojizo. Todas estas variedades necesitan protección del agricultor, mediante la estratagema de los “espanta-pájaros”, ya que algunas aves, en procura de su alimentación, perjudican los cultivos de habales; igualmente ataca a las hojas el «polvillo rojo».
Utilidades. a) En la alimentación: Las semillas contienen proteínas (valor nutritivo equivalente a la carne), hierro para ayudar a formar los glóbulos rojos de la sangre, calcio para huesos y dientes; almidones y vitamina B; constituye elemento esencial en la alimentación de nuestros campesinos, tanto en las comidas frugales como en mote y tostado (cocidas en verde son muy agradables), b) En la medicina: Cataplasmas preparadas con harina de haba desinflaman y ablandan los tumores (especialmente del pecho), curan la pulmonía, erisipela, sarampión, viruela, almorrana y muchas otras enfermedades. Mezclada con otros elementos, se preparan pomadas para limpiar manchas y pecas de la cara.
c) En forraje: Los tallos y hojas de la planta, antes de su completa madurez, constituyen alimento para el ganado; y el mismo fruto es apetecido por el ganado vacuno.