Augusto Céspedes (1903-1997)

Céspedes es uno de los grandes narradores de la generación del Chaco. Político militante, panfletario a veces, ha dejado obras perdurables para la literatura boliviana.

Nació en Cochabamba el 6 de febrero de 1903. Se tituló de abogado en la universidad de San Andrés. Combatió en la guerra del Chaco. Ejerció el periodismo desde muy joven. Su trinchera profesional y política fue "La Calle", verdadero portavoz del MNR y de las ideas nacionalistas. Fue convencional en 1938 y en 1944. Fundó el MNR en 1942, fue ministro Secretario de Villarroel. Estuvo durante 10 años como embajador de Bolivia ante la Unesco.

Céspedes fue un apasionado historiador de los dos procesos precursores de la Revolución, El Dictador Suicida (1956) y El Presidente Colgado (1966). Pasó a la historia de la literatura con Sangre de Mestizos (1936) y uno de sus cuentos, El Pozo que se adelanta al realismo mágico y recupera uno de los elementos más dramáticos de la guerra: la sed. En 1946 escribió una novela, casi un manifiesto contra Patiño: Metal del Diablo. Murió en La Paz en 1997 a los 94 años.

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De entre los deportes que se han practicado en Bolivia, el fútbol es el que ha contado con mayor repercusión, no sólo por su práctica, sino por el impacto social que ha tenido como deporte-espectáculo. En la actualidad es un fenómeno social de primera importancia que influye en la vida colectiva en el mundo entero, forma parte integral de la actividad económica, social y aun política de cualquier sociedad.

El cine llegó a Bolivia el 27 de Junio de 1897 y la primera película boliviana se filmó en 1904, de autor desconocido. A partir de 1912 trabajan dos pioneros bolivianos, Luis G. Castillo y Goytisólo en decenas de cortometrajes y films a contrato. A pesar de la precariedad de medios, el cine boliviano de la época silente demostró una calidad y un sentido de la construcción narrativa que es admirable dadas las condiciones técnicas en las que trabajaba. En la década de los años veinte se produjeron los primeros largomet rajes bolivianos.

Villanueva es, sin duda, el arquitecto más destacado de Bolivia en la primera mitad del siglo XX. No sólo por su obra arquitectónica, sino porque es el padre del urbanismo contemporáneo y el creador de la primera facultad de arquitectura del país en la universidad de La Paz. Estilísticamente Villanueva pasó por el academicismo ortodoxo, la búsqueda de una arquitectura nacional y la adscripción final al racionalismo.

La fuerte influencia del neoclasicismo que dominó la arquitectura boliviana de la primera etapa del siglo XIX, es sustituida por una tendencia ecléctica y academicista que tiene su expresión en importantes edificios públicos y privados de la capital de la República, a cuyo urbanismo contribuyeron a impulsar los gobiernos conservadores. Obras como La Rotonda encargada por Belzu o el Banco Nacional de Antonio Camponovo y el Banco Argandoña de Eduardo Doynel, son ejemplos excepcionales de inspiración europea (palacios florentinos y arquitectura francesa).

La plástica boliviana del siglo XIX, influida todavía por el barroco tardío y el neoclasicismo, pasó a fines del siglo al eclecticismo. Los pintores bolivianos no recibieron la influencia de los ismos que revolucionaron la pintura europea, sino hasta fines Je los años cuarenta. Los artistas más destacados de ese momento (1880-1920) fueron José García Mesa, autor de algunas obras de inspiración francesa (Ingres), paisaje urbano y obras épicas (La Muerte de Murillo). Ángel Dávalos fue autor de naturalezas muertas y retratista expresivo.

El impulso dado por el ministerio de Educación a este arte a partir de 1936, hizo posible la creación de la orquesta sinfónica nacional que, primero bajo la dirección del alemán Eric Eisner y luego con invitados como José María Velasco Maidana y otros, formó un cuerpo relativamente idóneo de músicos en La Paz.

Nació en Santa Cruz el 27 de junio cíe 1838. Flores fue ejemplo del periodismo combativo en la época conservadora. Fundó "El Imparcial" de La Paz, periódico que sufrió los avatares de la política intolerante de la época. Fue abogado de profesión, profesor universitario y renombrado masón. Representó a Bolivia en funciones diplomáticas. Flores es un símbolo de la defensa intransigente de la libertad de expresión. Hombre valiente y notable polemista, influyó fuertemente en la política boliviana desde las páginas de su diario. Murió en Santiago de Chile el 6 de noviembre de 1916.