Todas las sublevaciones ocurridas en la ciudad de Oruro tuvieron un carácter especial, pues en ellas los criollos y mestizos se adhieren prontamente a todo levantamiento indígena. Esto preocupo a las autoridades, sobre todo cuando se enteraron de los levantamientos de Túpac Amaru y Túpac Katari. Estos antecedentes, eran graves, sobre todo si se tiene en cuenta el estado económico de esta urbe minera, cuya franca decadencia había creado un clima de descontento y hostilidades.
José Gabriel Condorcanqui, descendiente de Tupac Amaru (el inca que hizo ajusticiar el virrey Toledo, decidió restablecer el incario ; no en un régimen semejante al antiguo Imperio del Sol, sino en uno que, manteniendo la monarquía de los aborígenes, sustituyera al español. Tenía pensado proclamarse inca o rey y que bajo su autoridad se mantuvieran cuatro virreyes.
El plan de Tupac Amaru no era el de una exclusiva reivindicación de las clases indígenas en contra de todo lo que fuera blanco, pues claramente incluye este “inca”, en uno de sus manifiestos, a los criollos o españoles americanos, quienes también soportaban el mal gobierno. El criterio del jefe indígena no fue compartido por la mayoría de los indios, quienes no hacían distingos entre los españoles pudiendo verse esto en la contienda al caer indistintamente unos y otros.
Tupac Amaru declara guerra sin cuartel a los españoles a quienes desea expulsar de todo el continente. En esta lucha social, que ha sido la más grande de América, se proponía la supresión total de la mita y el retorno de las tierras a manos de los indios, sus verdaderos dueños; esto dicho del caudillo altoperuano Nicolás Catari.
Esta rebelión no se hizo precipitadamente, sino que maduro durante 10 años en los que se establecieron contactos, antes de decretar el alzamiento general recurrió el presunto inca a todos los medios legales posibles para obtener su cometido. Así mismo pedía se respetara la jerarquía de los caciques y todas las prerrogativas, pedían también que estos pudieran gobernarse por sí mismos y que se le reconociese a él como descendiente directo y legitimo de los incas.
El 4 de noviembre de 1780 Tupac Amaru proclama la rebelión en un momento en que España estaba en guerra con los ingleses. Las sublevaciones previas de La Paz, Cuzco, Arequipa, Cochabamba y de la capital de la audiencia, habían creado el clima propicio y los acontecimientos se habían precipitado en Chayanta, teniendo Tupac Amaru que alzar el grito de rebeldía quizá antes de lo previsto. El corregidor fue apresado por Amaru y obligado a firmar una orden para que entregaran a los sublevados todos los fondos disponibles, después que recogieron los indios el dinero y algunas armas, el corregidor fue ahorcado en la plaza del pueblo de Tungasuca.