Todas las sublevaciones ocurridas en la ciudad de Oruro tuvieron un carácter especial, pues en ellas los criollos y mestizos se adhieren prontamente a todo levantamiento indígena. Esto preocupo a las autoridades, sobre todo cuando se enteraron de los levantamientos de Túpac Amaru y Túpac Katari. Estos antecedentes, eran graves, sobre todo si se tiene en cuenta el estado económico de esta urbe minera, cuya franca decadencia había creado un clima de descontento y hostilidades.
Gracias al celo del Hermano Castillo, los padres Pedro Marbán y Cipriano Barace fueron destinados por el provincial de Lima a la conquista espiritual de los moxos. Se trasladaron de Lima a Santa Cruz y de allí, en 1675, por vía fluvial, remontaron el Guapay hasta las tierras de moxos ya conocidas. Las primeras tareas apostólicas se realizaron en el pueblo de los moremonos.
El padre Cipriano Barace nació en Isaba (provincia de Pamplona en Navarra), el año 1641 siendo destinado por petición suya, a la conversión de infieles en el Perú entro el año 1675 consagrándose durante 11 años a la labor de sus fieles sirviendo de sacerdote, medico, artesano, vaquero, etc.
A él se debe la introducción del ganado en el Beni. Desde Trinidad el padre se encamino hacia el este encontrando a los Guarayos. Prosiguió adelante hasta hallar a los Baures, indios aguerridos y feroces cuya conquista espiritual intento el año de 1702. Murió mártir de la religión católica al querer evangelizar a estos pueblos después de haber misionado en Moxos por espacio de 27 años.