Poemas para el Día de las Américas de los autores: Mercedes Luque, Humberto Ortiz P., Gastón Figueira, Charito Freira de Rondón, Raúl Otero Reiche.
América Futura
Mercedes Luque
Tú, esparces la simiente
fecunda de tu idea
en los surcos abiertos
por el prolijo afán
de una raza esforzada
en que el honor campea
como enseña gloriosa
de amor y libertad.
Los pueblos oprimidos,
que yacen doblegados
por la potente garra
que los hace sangrar,
son pueblos del futuro.
El noble esfuerzo hispano
en la visión radiosa
de su hermosa unidad.
Es por eso que altivos
y con tesón ardiente
luchamos denodados
por nuestra bella unión,
que hará una sola patria,
un solo continente,
de una sola raza
un solo corazón.
La América que queremos
Humberto Ortiz P.
Nosotros los niños, queremos
que América sea una hermosa bandera
con todos los colores
y que no haya fronteras.
Que todos nos demos la mano
y juntemos nuestros corazones
y que unidos cantemos un solo canto
con acento de hermanos.
Si tenemos una sola tradición,
si creemos en una misma religión,
si nuestros padres lucharon
contra la misma opresión;
¿por qué, entonces, no hacemos
una sola gran nación…?
Nosotros los niños, queremos
con el más profundo amor,
la América que soñó el Libertador.
América
Gastón Figueira
Si todos los pueblos de Américas
formarán una sola nación,
qué grande sería ese pueblo
y que hermoso su corazón.
Si todos los pueblos del mundo
formáramos una sola nación
que inmenso sería ese pueblo
y qué noble su corazón.
Madre América
Charito Freira de Rondón
América es la madre de todo aquel que la ama.
En ella encuentra siempre la patria que dejó.
Amor y paz, sólo nuestro suelo reclama
A todo ser que un día sus brazos tendió.
América es la madre del pobre peregrino.
El pan que da a sus hijos, con él lo compartió.
A todos los que llegan enseña el camino…
Jamás a un extranjero su asilo le negó.
América es mi madre… Su suelo fue mi cuna.
Por eso yo la adoro con la tanta devoción
América es mi patria, y es mi única fortuna.
Por ella gustosa daría el corazón.
El hombre de américa
Raúl Otero Reiche
Hombre indeciso ante la aurora
carga en tus hombros la montaña,
curvos están los horizontes
de tanto cielo que transportan.
Desnudo el torso tatuado
de rojos signos de relámpagos,
crispa los puños en la noche
y arráncale constelaciones.
Hombre indeciso ante los vientos
templa los nervios en el asalto
de luz de alguna catarata.
Rompe el espejo de ti mismo:
el arco iris de la sangre
maravillosa del cristal.
Aprende el ritmo de la fuerza
que es vibración en cada cumbre,
a nadie tienes que pedir,
a nadie tienes que quitar.
Incendia: es tuyo el fuego.
Destroza: es tuyo el rayo.
Construye: piedras, árboles
la tierra da, no vende.
Hombre indeciso ante el futuro
cuelga en la luna su esqueleto,
quema tus carnes en el sol.
Eres jaguar de tu destino,
garra, rugido, dentellada;
puede coger la flor que vuela,
la flor de sangre de la idea
mientras el cielo te salpica
la piel morena de luceros.