Poemas para recordar la creación del Departamento de Pando, poemas de los autores: Juan Vargas Silva, Humberto Ortiz P., Álvaro de las Casas, Alberto Salinas López, Adriana Cabrera de Gómez Reyes.
Pando
Juan Vargas Silva
Cinco hermanos y un
corazón:
General Federico Román
Abuná, Manuripi,
Nicolás Suárez
y Madre de Dios.
Es Pando,
la estrella del norte,
agitando al viento
un pañuelo verde
bordado de flores
y de mariposas.
Pando:
Quiero cantar contigo
una dulce chobena,
a orillas del Abuná;
ya vengo, espérame.
A Pando
Humberto Ortiz P.
Lejano rumor
de bosque y selva,
que nacen sus cabelleras,
rozando las estrellas.
Vergel que en la frontera
bordea el norte patrio,
desplegando la bandera
que flamea orgullosa
con tus brisas calurosas.
Pando, árbol gomero
que le exprimes generoso
en la herida del siringuero;
a cuyo esfuerzo y tesón
le entregas tu corazón.
Trópico Norte misterioso,
cofre de ingente riqueza;
tus hijos laboriosos
han de forjarte amorosos
un pedestal de grandeza.
A Cobija
Álvaro de las Casas
¡A la vera del Acre, entre palmeras
que dulcemente va meciendo el viento!
se levanta mi ciudad encantadora
en alas de una eterna primavera.
“Señoras de las selvas seculares,
donde el árbol de oro tejió un día
su corona de fina pedrería
y en un alado rondel de madrigales”.
El destino apunta su poderío
y el esfuerzo de sus hijos aclama,
en la canción augural del río
y en la riqueza que su suelo derrama.
Ciudad joven y primorosa
de belleza verde y rosada aurora;
resumes en tu esfuerzo,
toda una esperanza y una santa devoción,
en la que dos Presidentes
pusieron vida y corazón.
¡La Patria es siempre la
muerte, inolvidable; La Patria
anda en nuestros ojos, los ojos de la
carne, hasta el último instante de
la existencia!.
Siringueros
Alberto Salinas López
Venciendo la vorágine de la selva,
el hombre de los llanos,
machete en mano,
clava el dardo de su voluntad
en el tronco lechoso
de la siringa secular.
No le importa la furia candente del sol,
ni el latigazo frío del viento del Sur,
porque tiene los músculos de acero
y el corazón templado,
en el golpe de las cachuelas
y el retumbar tremendo
de la selva colosal.
Ahí está el siringuero,
señor y obrero
de la zona tropical:
haciendo Patria
con golpes de hacha,
con bolachas de esperanza
y con empeño de triunfar.
Pando
Adriana Cabrera de Gómez Reyes
Tierra fecunda y lozana
por el trópico acunada,
entre robustos gomales
que miran el porvenir.
En tus bosques de castañas,
embriaga a los bolivianos,
con tus fragantes bananas
y tu pura miel de caña.