Poemas para el Aniversario de Revolución de La Paz, poemas de los autores: Julio Puayza de Brito, Carlos Carvallo, E. D. de Medina, Óscar Alfaro, Paz Nery Nava B.
La Paz
Julio Puayza de Brito
Ciudad que te columpias en la altura
como nido de cóndores gigantes,
tu exótica y audaz arquitectura
se ostenta luminosa y deslumbrante.
En tu río plácido murmura,
el oro se desliza alucinante;
a los Andes te ciñen la cintura
en actitud gentil y vigilante.
Nuestra Señora de La Paz, un día
en tu abrupta quebrada la osadía
de un español delimita el destino.
Y naciste a la vida laboriosa
por voluntad de Alonso de Mendoza
que trazó para siempre tu camino.
Ciudad de La Paz
Carlos Carvallo
Con triunfal gallardía femenina
en la concavidad de la urbe reposa
cual si fuera princesa majestuosa
encantada por magia peregrina.
Perla incrustada en la hosquedad andina;
con ser una colmena bulliciosa,
parece una argentada mariposa
cuando la luz febrero la ilumina.
Cada vez que contempla tu belleza
emocionada el alma se estremece
pensando en tu valor y en tu nobleza.
¡Oh ciudad epónima: ninguna
ninguna como tú se enorgullece
de ser la ciudad de la puna!
La Paz
E. D. de Medina
Ciudad de esfuerzo y promesa,
Pueblo andino hecha ciudad.
En nido de cóndores
y regazo de montañas.
Ciudad con río que lleva oro
y cumbres que reflejan nieves
ciudad, señora de La Paz;
y obrera del progreso.
Alonso de Mendoza te dio vida;
Murillo con su voz de profeta
prendió la tea de Libertad;
los protomártires con su sangre,
abonan tu historia.
Ciudad que devora montañas
con ansia de expansión:
el altiplano te abraza con brazos,
de viento, y los Yungas te alientan
con beso de calor.
La Paz
Óscar Alfaro
Ante La Paz hoy desfilan
todos los montes andinos,
haciendo saltar los cielos
con sus puños de granito.
Y con la antorcha en los dientes.
Pedro Domingo Murillo
está trepando a la gloria,
por la soga del patíbulo.
¡Oh pueblo de los aymaras,
Embanderado de gritos,
pinta tu cara de alegre
mixtura del cholerío!
Pasa el 16 de julio
entre cabriolas y brincos,
seguido por las comparsas
de bailarines nativos.
Y hasta el gigante Illimani,
haciendo un saludo olímpico
se saca de la cabeza
su corona de rey indio.
La Paz
Paz Nery Nava B.
Parecen bocas que hablaran
las luces de la ciudad,
como gotas de rocío
en la negra inmensidad.
La Paz, tiene rascacielos,
pero, más que rascacielos,
un sacerdote lunar
con tu túnica de armiño
bendiciendo a la ciudad.
La Paz, antena del mundo,
siente a Murillo latir,
cada barrio guarda el eco
de sus palabras de adiós.
Desde Chijini hasta Obrajes,
San Pedro y Villa Pabón,
es tierra de adentro lleva
siempre ardiente el corazón.