Óscar Ichazo Gonzales
No se conocen mucho de los datos de este narrador, únicamente que es boliviano y que reside desde hace mucho en Nueva York, EE.UU. como director de un Instituto de "Trascendental Meditation".
En la bibliografía de Jaimes, que no incluye lo mucho que produjo como material disperso, “La Villa Imperial de Potosí” es su mejor obra porque en ella despliega el autor, con la libertad y disciplina del verdadero artista, su talento de narrador.
Conocedor directo y perspicaz del medio en que suceden las ocurrencias episódicas, puede con un toque, con una pincelada de sus recuerdos, iluminar una situación confiriendo al suceso la autenticidad que otros no pudieron lograr porque solo alcanzaron a conocer la ciudad de Potosí en sus vigilias de escritorio; él en cambio vivió la urbe colonial casi intacta.
Allí nació, allí paso la infancia, la adolescencia curiosa y la juventud con vocación de letras.
El estilo de Jaimes es ligero y festivo sin exageración. No es por tanto un estilo propiamente picaresco a la española. El humor risueño imprime a su prosa un movimiento de frivolidad confidencial que descubre, sin embargo, un fondo entrañablemente tierno y sentimental. Es el amor al áspero terruño donde los campanarios coloniales voltean las campanas del recuerdo bajo un sol radiante que pone túnica de oro al cerro de plata.
El autor tiene de poeta y de periodista, pues ejerció ambos oficios. Su prosa tradicionista tiene por lo mismo tanta acuciosidad informativa como elegancia retórica.
Cierto que las musas dejaron de soplarle con la madurez. Mas el sentimiento de la poesía, el gusto lírico, como pasa siempre con todos los escritores que alguna vez fueron poetas, entró como ingrediente en la prosa para comunicarle cadencia y flexibilidad.
El castellano de Jaimes es castizo por lo general, con algunos toques criollistas cuando hay necesidad de ellos en las caracterizaciones de la narrativa.
Julio Lucas Jaimes, conocido en la literatura y el periodismo sudamericano con el pseudónimo de Brocha Gorda, nació en Potosí de Bolivia en 1845 y murió en Buenos Aires en 1914.
Como esposo de la escritora peruana Doña Carolina Freyre, fue padre del notable poeta modernista Ricardo Jaimes Freyre.
Siendo muy joven, el gobierno impopular de Melgarejo lo invitó al cargo de cónsul en Tacna, que aceptó solamente a petición de los emigrados residentes en la costa peruana. Al caer ese gobierno en 1871, se trasladó a Lima con su familia formada en Tacna y se dio a conocer como hábil periodista y poeta humorístico.
De regreso a su ciudad natal fue profesor de literatura y filosofía en el colegio Pichincha, donde se había educado. Ejerció el periodismo y fue elegido munícipe. Más tarde, a. los 34 años, concurrió a la campaña del Pacífico de 1879. Cayó prisionero de los chilenos y fue internado en San Bernardo. Terminado su cautiverio en 1880 fue director de Estadística por ocho años, tiempo en que se hizo también autor teatral. En 1888 formó parte del parlamento legislativo como diputado por Potosí, sin dejar por eso sus actividades literarias, en las que la poesía como recuerdo de juventud, cedió sus laureles a la prosa. Fenecido su mandato de cuatro años, el presidente Baptista en 1895 lo nombró encargado de negocios ante el gobierno del Brasil.
Por causas no averiguadas, estando de viaje a la sede de sus funciones, prefirió quedarse en Buenos Aires, donde obtuvo plaza de redactor en el diario “La Nación”; tenía 47 años y estaba en la plenitud de sus facultades. Se hizo colaborador altamente estimado de diarios y revistas de Buenos Aires, Lima y algunas ciudades bolivianas.
Enseñó estética y letras en el Colegio Nacional y en la Normal de Buenos Aires, su domicilio definitivo hasta la muerte, que le sucedió a los 69 años.
Sus restos, repatriados en 1933, descansan en la Catedral de Potosí.
Óscar Ichazo Gonzales
No se conocen mucho de los datos de este narrador, únicamente que es boliviano y que reside desde hace mucho en Nueva York, EE.UU. como director de un Instituto de "Trascendental Meditation".
Néstor Taboada Terán
Nació en La Paz, en 1929, fue director del departamento de Cultura de la Universidad Técnica de Oruro dónde dirigió la revista Letras Bolivianas y en la Universidad de San Simón también dirigió la revista Cultura Boliviana.
Josermo Murillo Vacarreza
Nació en Oruro el 27 de agosto de 1900, abogado, escritor y periodista, se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires. También fue Catedrático fundador de la Facultad de Ciencias Económicas y el Instituto Politécnico, lo mismo que Rector de la Universidad de Oruro, en 1941-1942.
Jaime Saenz
Nació en La Paz, el 8 de octubre de 1921. Este ilustre hombre de letras, representante del surrealismo boliviano, fue un poeta nato. Se destacó también en la novela, el ensayo y el teatro.
Gregorio Reynolds
Gregorio Reynolds cierra la trilogía de poetas modernistas de Bolivia, aunque en menor dimensión que Jaimes Freyre o Tamayo. Notable cuando escribía sonetos, dominó su técnica hasta la perfección, ensayó el género dramático en verso y se inspiró en la fuerza de nuestra geografía y la sensualidad del trópico. Fue calificado como satánico y pagano. Sus obras mayores son Quimeras (1915), El cofre de Psiquis (1918) y Edipo Rey (1924).
Gilfredo Cortés Candía
Nació en la ciudad de la Santísima Trinidad, el 28 de diciembre de 1906. Fueron sus padres el Dr. Eulogio Cortés Elias y la Sra. María Candia Caballero, tuvo cuatro hermanos.
Pasó su infancia, diáfana y serena, bajo el amparo amoroso de su dulce hogar en San Ignacio de Mojos.
Pedagogo y escritor cuya principal obra “El Itenez salvaje” quien en 1937 se introdujo el Núcleo Indigenal Moré, para realizar una “redención del Indígena”, que más allá de la buena intención del pedagogo y del buen espíritu y humanismo que empleó, resultó ser un proceso civilizatorio forzado.
Hasta entonces a los Moré, se los conocía como un pueblo aguerrido, que mantenía luchas intertribales continuamente, en la región y que atacaba a los viajeros.