Los incas conquistan el collasuyo

Vivía aún en Inca Viracocha cuando empezó a reinar en el Cuzco su hijo Pachacuti, que había adquirido gran fama por haber conquistado para los incas muchas comarcas sometiendo a varios pueblos, entre ellos a los chancas. En tiempo de este Inca el collasuyo estaba gobernado por Chuchi Capac, posiblemente hijo de Cari quíen años antes había conquistado a los Zapana y pactado con Viracocha.  Dice Sarmiento de Gamboa de éste: "Chuchi Capac creció tanto en autoridad y riquezas con aquellas naciones del Collasuyo, que le respetaban todos los Collas".  Según este mismo cronista "tenía este rey presas y sujetas más de 160 leguas de norte a sur, porque era cinche, o, como él se nombraba: Capac, o Collacapac, desde veinte leguas del Cuzco hasta los Chichas."

Pachacuti reunió sus ejércitos y marchó hacia el Collao.  Chuchi Capac, entre tanto, "sin hacer caso de ida ni aparatos del Inca Yupanqui" lo esperaba en Hatun Colla, capital de su imperio, fiado seguramente en el pacto que había sellado con Viracocha, y pensando que Pachacuti venía en son de amigo o súbdito, no reunió ningún ejercito.  Sin embargo, el Inca envióle mensajeros pidiéndo que le sirviese o obedeciése pues de lo contrario entraría en batalla con él.  "De esta embajada recibió pesadumbre Chuchi Capac y respondióle soberbiamente que él se holgaba de que hubiese venido a darle obediencia como las demás naciones a quién él había conquistado..."

Lucharon pues al siguiente día los incas con los collas, venciendo los primeros.  Pachacuti prendió a Chuchi Capac y lo dejó prisionero mientras él pasaba a Hatun Colla donde, en la morada del rey colla recibió el homenaje de todos los pueblos que obedecían a Chuchi Capac.

Todos los cronistas coinciden en decir que Pachacuti estuvo tan solo una vez en el Collao, por eso debemos pensar que fue que esta expedición, cuando ocurrió lo de Ayaviri, del que quedó sangrienta memoria entre los collas.

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Desaparecido el Imperio Tiwanaku, la región del altiplano quedó fragmentada en varias etnias que se dividían en dos “mitades” antagónicas y complementarias situadas al oeste y al este del altiplano, llamadas Urcoduyo y Omasuyo. En el sector accidental (Urcusuyo) denominaron los pastores y en el sector oriental (Omasuyo) los agricultores y pescadores.

Para una buena parte de los cronistas y para muchos investigadores modernos, Viracocha es el dios creador andino que toma el lugar de otro, mucho más antiguo de nombre Tunupa. Cieza de León dice. “Generalmente le nombraron en la mayor parte Ticci Viracocha aunque en la provincia del Collao le llaman Taguapaca que es el otro nombre de Tunupa a quien Bertonio considera dios de los hombres que habitan a orillas del lago Titicaca”.

A tiempo que se construye la ciudad aparece una cerámica típicamente Tiwanakota consistente en keros finamente pulimentados, pintados con figuras estilizadas sujetas a una estructura geométrica; los ojos de las figuras tienen una línea vertical que divide en dos negro y blanco la niña del ojo. Los colores son rojo, ocre, negro y blanco sobre fondo castaño.

Hoy sabemos que uno de los factores determinantes del colapso de Tiwanaku fueron los cambios climáticos. Hacia el año 950 de nuestra era el régimen de lluvias comenzó a decrecer, llegándose a producir una larga e intensa sequía entre 1250 y 1310 d.C. Este hecho trajo como consecuencia la total escasez de cosechas y la desaparición de los campos de cultivo, incluidos los suka-kollus.

En el siglo VIII de nuestra era, Tiwanaku se expande políticamente sobre la base de los enclaves preexistentes, tanto en la costa como en los valles mesotermos; así mismo extiende su poderío sobre el altiplano y la sierra. Esta expansión fue posible gracias al dominio del bronce que le permitió una gran superioridad militar.

Simultáneamente a Tiwanaku aparecen otras ciudades, como Konko Wankane a 17 Kms. de Jesús de Machaca en el departamento de La Paz. Allí se han iniciado las excavaciones y en su parte visible presenta pilares evidenciando muros. Hay en este conjunto tres monolitos similares a la “Estela Barbado” del Templete Semisubterráneo, los cuales, estilísticamente, están relacionados con la tradición “Yaya-Mama" o Pajano.

El conjunto de Puma-punku se encuentra a 2 Km. del centro ceremonial descrito; en torno a estos dos puntos determinantes de la ciudad de Tiwanaku se encontraban las viviendas y los diferentes barrios.