Vivía aún en Inca Viracocha cuando empezó a reinar en el Cuzco su hijo Pachacuti, que había adquirido gran fama por haber conquistado para los incas muchas comarcas sometiendo a varios pueblos, entre ellos a los chancas.
La cultura Chiripa se ubica en el departamento de La Paz, en la península de Taraco sobre el lago Titicaca. Se trata de un montículo artificial de 60 por 50 metros de superficie, aproximadamente, y de seis metros de altura, sobre el cual se encuentran varias habitaciones de planta rectangular dispuestas en semicírculos en torno a un templete semisubterraneo.
Templete semisubterráneo de Chiripa - Sitio representativo del Formativo en el Lago Titicaca
Se debe señalar que las habitaciones tienen paredes dobles, usándose este espacio para almacenamiento y para proteger el interior de los cambios climáticos. Las puertas de ingreso son corredizas, penetrando la hoja en una ranura de la pared. Los muros son de adobe los cuales se solían pintar, el piso de tierra apisonada, bajo los cuales se realizaron algunos enterramientos y usaron la paja para techar.
Este tipo de habitación con paredes dobles es único en el ámbito andino. El templete semisubterráneo central tienen los parámetros de grandes lajas de piedra y es similar al Templete semisubterráneo de Tihuanaco. Existen patios semisubterráneos, además de Tihuanaco y Chiripa, en Pucara.
La escultura de la cultura Chiripa muestra piezas líticas decoradas con serpientes y batracios. Existe una lápida con un rostro humano central del que emergen dos piernas y cuatro rayos con punta de flecha. Serpientes y llamas dispuestas dos a dos, decoran los costados alternando con los apéndices de la figura central. La escultura de Chiripa se halla relacionada con monolitos decorados en sus cuatro caras; en la anterior y la posterior se representan seres humanizados uno masculino y otro femenino a cuyos pies hay determinadas plantas y en los costados serpientes. Al parecer se trata de ídolos relacionados con la lluvia y presentan la dualidad propia del ámbito andino. Este tipo de esculturas representan una tracición religiosa característica de los poblados situados a orillas del lago Titicaca. En cuanto a su industria los chiripas fundían el cobre. Para este objeto utilizaron sopladores a manera de tubos modelados en cerámica; estas piezas se decoran con cabecitas, unas veces humanas y otras zoomorfas. En general la cerámica Chiripa es sencilla, el elemento más característico es un recipiente de fondo plano, de color ocre claro pintado en rojo con motivos escalonados, muchas veces estas piezas presentan también cabecitas modeladas y adheridas.
Chiripa es una cultura lacustre que dominaba la agricultura. Se ubico en el siglo XIV antes de Cristo y dura hasta los primeros años de nuestra era. En un momento es coetánea a Tihuanaco.
Una de las estructuras que se encontrada alrededor del templete de Chiripa (2007)
Chiripa en su estilo cerámico posee características como: pastas de inclusiones de arena y mica, decoración incisa, así como bandas horizontales con motivos escalonados incisos. Parte de este material fue registrado fuera del área circunlacustre, lo que muestra el movimiento de estas poblaciones a regiones tan alejadas como los Yungas o los valles del Norte de La Paz.
Esto lleva a plantear que durante el Formativo Medio, la cuenca del Titicaca fue un área de interacción social y económica, tanto al interior como hacia regiones adyacentes. Las relaciones distantes implicaron la circulación de bienes, pero también el movimiento de una ideología que permitió crear vínculos entre poblaciones diversas. A su vez, este fenómeno dio lugar a procesos de integración a través de esferas religiosas, comerciales, políticas y culturales.