Vivía aún en Inca Viracocha cuando empezó a reinar en el Cuzco su hijo Pachacuti, que había adquirido gran fama por haber conquistado para los incas muchas comarcas sometiendo a varios pueblos, entre ellos a los chancas.
Desaparecido el Imperio Tiwanaku, la región del altiplano quedó fragmentada en varias etnias que se dividían en dos “mitades” antagónicas y complementarias situadas al oeste y al este del altiplano, llamadas Urcoduyo y Omasuyo. En el sector accidental (Urcusuyo) denominaron los pastores y en el sector oriental (Omasuyo) los agricultores y pescadores.
De norte a sur , en los que hoy es Bolivia y Perú, nos encontramos con los siguientes pueblos aimaras que ocupan las riberas del lago Titicaca: los collas con su doble “cabecera” Hatuncolla y Paucarcolla; luego están los lupacas, en la orilla occidental, con su capital Chucuito; y, al sur del río Desaguadero están los Pacajes con su capital Caquiaviri. Al norte, entre el lago Titicaca y Cuzco, están los canas y los canchis. Vecinos y fuera del área aimara, se encuentran los quiruas, de quienes se sabe muy poco, y los callahuayas que son el paso hacia el antisuyo.
Los pueblos del Collasuyo según los cronistas
Hacia el año 1438 los collas tenían ya una larga tradición histórica y aunque muy debilitado su poder material aún conservaban la jurisdicción de un extenso territorio, así sabemos que el último "rey" colla, Chuchi Capae, gobernaba sobre un extenso imperio que llegaba al norte hasta 20 leguas cerca del Cuzco, al sur hasta los chichas (Potosí), al este hasta Arequipa y toda la costa de Atacama y al oeste hasta el límite con los mojos. Contemporáneo de este rey es el Inca Viracocha, cuyo reino se circunscribía entonces a la ciudad de Cuzco y su alrededores. Tenía la misma importancia política que otros pueblos vecinos, como los Charcas, hasta que Pachacuti Inca Yupanqui, hijo de Viracocha, amplió los límites de su imperio.
El imperio colla pervive hasta la invación incaica; las luchas internas entre las diferentes parcialidades, sobre todo entre los lupacas y los collas, habían sembrado la anarquía. Tradicional es la lucha entre Cari, señor de los lupacas, y Zapana, señor de los collas; ellos son los antecesores inmediatos de Chuchi Capac.