Milagroso Niño de Sik’imira

A una distancia de quince kilómetros de la localidad de Punata se encuentra la comunidad de K'uchu Muela lugar donde se encuentra el milagroso niño de Sik'imira, patrono de esta región.

Cuenta la leyenda que dos niños que vivían transitoriamente en la localidad de Tacachi, población cercana a K'uchu Muela ayudaban a sus padres en la cosecha de algunos terrenos trabajando incesantemente desde tempranas horas hasta muy cerrada la tarde con el fin de cumplir su cosecha.

Una mañana, la niña al salir a recoger agua en su cántaro, escuchó el llanto de un niño, por un momento ignoró el mismo, pero al repetirse el lamento del niño, ésta se dirigió al lugar de donde provenía y cual no fue su sorpresa al encontrar a un bebé recién nacido en medio de tres hormigueros totalmente desnudo.

Lo tomó en sus brazos y le llevó a su casa donde le esperaba su hermano mayor, pues sus padres habían salido muy temprano a K'uchu Muela, al verlo éste le pidió sostenerlo, pero como un milagro, el niño por cada picadura que recibió de las hormigas disminuía de tamaño turbando de sobremanera a los niños que pensaron que iba a desaparecer. Entonces la niña en su desesperación y pensando que era un castigo del demonio, extrajo de su cuarto un rosario colocándolo al cuello de la criatura que seguía empequeñeciéndose. Tal fue el efecto de esta acción que la disminución se detuvo y quedó el pequeño de tal tamaño que medía apenas de dos a tres centímetros.

Hecho esto, muy asustados los niños, decidieron regresar a K'uchu Muela llevando consigo el niño milagroso; pero no contaron con que los pobladores de Tacachi se enteraran del milagro ocurrido en esta comunidad, reclamando que el niño milagroso sea devuelto al lugar donde fue encontrado.

Esta situación desató un conflicto entre las dos comunidades por la posesión del niño; hecho que llegó a oídos del arzobispo de la localidad de Arani, quien se dirigió al lugar del conflicto para evitar una vana confrontación, decidiendo que el niño se quedaría a quien pudiera construir primero un templo o una capilla para él y sea el lugar donde se quede porque sería considerado como una decisión de este milagroso niño.

Ambas comunidades de inmediato se pusieron a trabajar en busca de construir la capilla en el menor tiempo posible y ocurrió que por una ironía del señor, los habitantes de K'uchu Muela tenían casi todo el material disponible para una inmediata construcción, en tanto que Tacachi, al usar un material fresco pese a su avance de su obra, ésta se derrumbó.

De esta manera el milagroso Niño de Sikhimira se quedó en el actual templo en el que se venera en K'uchu Muela.

Se dice que el niño era muy travieso y que constantemente se salía de su lugar y jugaba con otros niños y regresaba lleno de barro; entonces los pobladores lo amarraron a un pequeño poste con cadenitas de oro. Así se estuvo durante mucho tiempo hasta que un joyero, hombre creyente del niño, se soñó que éste le hablaba y le decía que se sentía incómodo al estar encadenado. Al despertar lleno de devoción este hombre, obsequió al niño una esfera y una cuna de oro para que el niño se encuentre cómodo.

Versión de los hermanos:

Francisco y Rafael Orellana

Relatado por Alfonso Solazar Sánchez

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