Luego del apresamiento del Inca Atahuallpa por parte de los españoles y con esperanza de su libertad, éste instruyó a sus vasallos recolectar todo objeto de valor que había en todo el imperio, sin embargo, en forma secreta dio la orden de custodiar el más valioso objeto que se encontraba en el valle de k'ochapampa.
En una de las visitas de los súbditos más fieles al Inca en su prisión, éste en tono de preocupación le dice:
— He sido preso de hombres bárbaros y sin escrúpulos que solo desean la riqueza y el poder, ve prontamente al valle de k'ochapampa e instruye a mi fiel servidor Macuri guarde el valioso tesoro que se ha resguardado a través del tiempo y no deje que el invasor se apodere de ella.
Entretanto todo el imperio palidecía por lo que estaba ocurriendo con su señor amo y la visita de los extranjeros, y no menos Macuri que vigilaba constantemente el soleado valle junto a sus guerreros esperando noticias de su amo.
La visita del chasqui despierta en la población un gran movimiento, pues las noticias no eran buenas. Macuri, al recibir el mensaje secreto del enviado del inca, junto a un puñado de fieles se dispone a resguardar el valioso tesoro.
Sin embargo, alguien divulga el secreto a Pizarro, quien ordena desde la capital incaica tomen preso a los traidores y trasladen el tesoro a la capital.
Al enterarse de la intención del enemigo, Macuri, junto a los más fieles servidores del inca trasladan el preciado tesoro por caminos tortuosos e intransitables para llevarlo a un lugar seguro, siendo perseguidos de cerca por los osados parciales del conquistador.
Viendo que era inútil la fuga, al ser cercados por los parciales de los conquistadores, los indígenas deciden ocultar este tesoro en una parte alta del Tunari. Al parecer Pachacamac el Dios inca quiso favorecer a los aborígenes ya que esa noche se desató una lluvia torrencial que poco a poco inundó el lugar donde se había escondido el tesoro, formándose una hermosa laguna de aguas cristalinas, tapando completamente la sagrada reliquia.
De ese modo se salvó de las manos codiciosas de los invasores este preciado tesoro que era una hermosa escultura de oro puro de un animal parecido a un toro que representaba a un dios Divino.
Desde entonces, dicen los habitantes del lugar, que en noches de luna llena, sale el mismo de las profundidades del lago y se empareja con una hembra del lugar y cuando esto ocurre, el aumento del ganado es abundante.