leyendas la paz

Thunnupa

M. Rigoberto Paredes

Origen del lago Titicaca

Cuéntase que, allá en los tiempos mitológicos, existía en las profundidades del Océano Pacífico un suntuoso palacio de cristal de roca que estaba rodeado de jardines y umbríos bosques.

En aquella encantadora morada, habitaba la dichosa "Icaca" hija de Neptuno y de las aguas.

Milagro de la Virgen de los Remedios

Ismael Sotomayor y Mogrovejo

En el año 1703, existía en esta ciudad una posada que se llamaba Tambo de las Harinas. Era patrona aquí -por haber sido el local mucho antes, hospital de pobres- la Virgen de los Remedios.

Como en posada toda, difícil hubiera sido la no engarsadura de un garito de tipos de mala estampa, donde con cualquier pretexto y entre copa y otra, se robaran sin contemplación, alguna, unos a otros.

Leyenda de Mallku Kapac y Mama Okllu

Antonio Paredes Candía

Wiracocha, implacable, había castigado a su pueblo, dejando ruinas y silencio en donde antes florecían las artes y las ciencias. Como todo dios, puritano e inflexible, se dolió de aquellos seres creados por su amor que hicieron brotar del dios del mal, el cardo de la envidia y el odio.

La muchacha que no conocía el sabor de la sal

Era en aquellos tiempos en que nuestros antepasados se sacrificaban por la independencia del país.

La Leyenda del Ekeko (Ekhekho)

Interpretación de un simbolismo a través de un episodio de la historia de la ciudad de La Paz.  Aquella fue la prueba de fuego que soportó el noble y heroico pueblo de La Paz.

La Leyenda de la Papa

QUIENES  ERAN   LOS SAPALLAS

En tiempos muy remotos, nuestro país estaba habitado por las sapallas.  Sapallas quería decir en el lenguaje antiguo "los únicos señores".  Y esto era exacto, porque este pueblo hacía remontar la posesión de su territorio hasta los tiempos de la tradición.  Se aseguraba que el dios Viracocha, es decir el Supremo Creador del mundo según los aymarás, al tiempo que distribuía a cada pueblo una región determinada para establecerse, destinó para los sapallas la región más próspera y rica.

La Leyenda de la Coca

Cuando los pobres indios acampan en sus noches frías de viaje por el altiplano o la montaña, allí junto a sus cargas y cerca de sus asnos, se acurrucan sobre el duro suelo, forman un estrecho círculo y el más anciano o cariñoso saca su chuspa o su tary de coca y desanudándolo lo deja en el centro, como la mejor ofrenda a disposición de sus compañeros.  Entonces, éstos, silenciosamente, toman pequeños puñados de la verde hoja y comienzan la concienzuda masticación.  Horas y más horas hacen el aculli, extrayendo y tragando con cierta guía el amargo jugo.

La Leyenda Del Desaguadero

Allá, por los tiempos en que Tihuanacu era una inmensa ciudad llena de palacios, templos y jardines, ocurrió lo que os voy a contar.

La Khantuta Tricolor

En las tierras del norte gobernaba el noble Illampu, que mandaba sobre millones de subditos; era famoso por sus riquezas y por sus ejércitos invencibles, tenía este soberano un hijo muy joven, casi un niño, que era todo su orgullo.  Se llamaba Astro Rojo, por haber nacido bajo el símbolo de una roja estrella que precisamente apareció el día de su nacimiento.  Era de bella apostura y poseía muchas cualidades por lo que era queridísimo de todos los pobladores del imperio.  A pesar de su corta edad, había capitaneado las huestes de su padre, habiendo logrado obtener gloriosos triunfos con los

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M. Rigoberto Paredes

Cuéntase que, allá en los tiempos mitológicos, existía en las profundidades del Océano Pacífico un suntuoso palacio de cristal de roca que estaba rodeado de jardines y umbríos bosques.

En aquella encantadora morada, habitaba la dichosa "Icaca" hija de Neptuno y de las aguas.

Ismael Sotomayor y Mogrovejo

En el año 1703, existía en esta ciudad una posada que se llamaba Tambo de las Harinas. Era patrona aquí -por haber sido el local mucho antes, hospital de pobres- la Virgen de los Remedios.

Como en posada toda, difícil hubiera sido la no engarsadura de un garito de tipos de mala estampa, donde con cualquier pretexto y entre copa y otra, se robaran sin contemplación, alguna, unos a otros.

Antonio Paredes Candía

Wiracocha, implacable, había castigado a su pueblo, dejando ruinas y silencio en donde antes florecían las artes y las ciencias. Como todo dios, puritano e inflexible, se dolió de aquellos seres creados por su amor que hicieron brotar del dios del mal, el cardo de la envidia y el odio.

Era en aquellos tiempos en que nuestros antepasados se sacrificaban por la independencia del país.

Interpretación de un simbolismo a través de un episodio de la historia de la ciudad de La Paz.  Aquella fue la prueba de fuego que soportó el noble y heroico pueblo de La Paz.

QUIENES  ERAN   LOS SAPALLAS

En tiempos muy remotos, nuestro país estaba habitado por las sapallas.  Sapallas quería decir en el lenguaje antiguo "los únicos señores".  Y esto era exacto, porque este pueblo hacía remontar la posesión de su territorio hasta los tiempos de la tradición.  Se aseguraba que el dios Viracocha, es decir el Supremo Creador del mundo según los aymarás, al tiempo que distribuía a cada pueblo una región determinada para establecerse, destinó para los sapallas la región más próspera y rica.

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