etnias bolivia

Los Quechuas

Tanto los censos del Instituto Nacional de Estadística (2001) como de la Confederación Nacional de Nacionalidades Indígenas Originarias de Bolivia (Conniob) en 2004 coinciden en que con algo más de 2, 2 millones de habitantes los quechuas son la nación originaria más numerosa del país.

Este grupo comparte con los aymarás la centenaria estructura del ayllu. Su religiosidad está íntimamente ligada con la agricultura, pues es mediante rituales agrarios —según su concepción— como consiguen favores de la Pachamama (Madre Tierra).

Los Pacahuara

“Es un grupo en proceso de desaparición total, quedan seis personas, todos hermanos. En el año 1970 fueron trasladados en avioneta por los miembros del Instituto Lingüístico de Verano desde el Río Negro hasta su actual comunidad en Puerto Tujuré, donde se dedican a la agricultura”, cuenta el antropólogo Milton Eyzaguirre.

Los Nahua

El antropólogo Wigberto Rivero Pinto asegura -yo reporté su existencia en la frontera entre Bolivia y Perú hace algo más de 10 años, pero nunca se tuvo más información de ellos. Este grupo étnico nunca ha sido contactado de manera oficial en Bolivia”.

Los Moxeños

Entre los mojeños existe la creencia de que la leshmaniasis, especie de lepra que consume el cartílago de la nariz y boca, es producto de la ira de lichi, su deidad mayor, que envía este castigo por herirá un animal o matar una hembra preñada.

Los Movima

“A falta de carne de animales de monte, los movima son expertos cazadores de animales para extraerles los cueros (caimanes, lagartos, londras, tigrecillos), a fin de obtener dinero y surtir necesidades apremiantes. La pesca se hace con atajados, barbasco, anzuelos y redes. Recolectan, además, una gran diversidad de frutos silvestres, pero destacan especialmente la recolección de totora”.

Los Mosetén

En el marco de la Ley 1715, los mosetén lograron hace un tiempo su tierra comunitaria de origen (TCO), titulada, en la zona de Inicua, Santa Ana y Muchanes, en los departamentos de La Paz y Beni.

Los Moré

Antiguamente, la organización social de los moré, asentados en el noroeste de Beni, se basaba en la familia extensa y convivencia entre parientes con vínculos medianos y lejanos. Eran una tribu de cazadores y pescadores organizados en una sociedad eminentemente guerrera, condición que influyó en la preferencia por los nacimientos de varones. Practicaban la poligamia, portante, la jefatura en el clan menor era de un hombre que ejercía un control de natalidad selectivo.

Los Machineri

A decir del antropólogo Milton Eyzaguirre, “los machineri conocen mejor la cultura brasileña debido a su ubicación en la triple frontera entre Bolivia, Perú y Brasil. Ellos se ven obligados a entrar en municipio brasileño, donde hacen sus compras ya que conocen mejor el dinero de aquel país”.

“Lamentablemente, en uno y otro lado de la frontera son vistos como incivilizados y hasta delincuentes, pues al verse obligados a emigrar constantemente para sobrevivir, pernoctan en la calle y llevan vida de vagabundos”.

Los Lecos

“Su incorporación a poblaciones económicamente activas como Guanay, ha hecho que esta etnia se asimile por completo a la civilización occidental. Tan sólo conserva algunas costumbres de tipo material”, dice el antropólogo Milton Eyzaguirre.

Los Joaquinianos

La organización social básica de los joaquinianos es la familia básica compuesta por el padre, la madre y los hijos. Asimilados por completo y ya hace varias décadas a la vida citadina y la sociedad occidental, el catolicismo es la base de su credo, aunque algunos cultos protestantes entraron con fuerza en los años recientes en San Joaquín, Beni, y algunas comunidades aledañas. “Se dice que su procedencia es del Brasil, y que por ello hablan el portugués mejor que el español o alguna otra lengua nativa”, explicó el antropólogo Milton Eyzaguirre.

Páginas

Contenidos Relacionados

Cuenta Teobaldo Noé sobre sus ancestros: “La historia dice que nosotros estábamos en cuatro departamentos: La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y una parte del Beni. En ese tiempo nuestros antepasados eran bastante ingenuos y humildes. Vivíamos como nómadas, de un lado a otro, porque el territorio era muy grande y muy rico a la vez”.

Los yuracaré andan siempre en busca de la Loma Santa, la tierra sin mal que, según su mitología, Dios les tiene predestinada para que se acaben las injusticias.

Hasta inicios del siglo pasado, fue común entre los yuquis un sistema de estratificación social de amos y esclavos, o por herencia u orfandad. Pero luego de la influencia de los evangelizadores se conformó la típica familia nuclear (de fuertes lazos entre parientes directos) de pareja monogámica.

La organización social de los yaminahua tiene como pilar la familia extensa, es decir, con lazos medianos y lejanos de parentesco; actualmente debido a su sedentarización se funda en la familia nuclear, donde están sólo los parientes inmediatos, siendo el padre el jefe.

Según cuenta el antropólogo Milton Eyzaguirre, investigador del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), “en esta etnia, una mujer puede decidir la separación de su pareja e inmediatamente puede elegir a otro hombre del mismo grupo. Es la mujer la que dispone de las relaciones de matrimonio”.

La explotación de los hidrocarburos afectó enormemente a los weenhayek, etnia asentada en tierras tarijeñas, no sólo porque su población sufrió una merma debido al impacto en el medio ambiente, sino porque la presencia de las transnacionales está carcomiendo las raíces de identidad de este pueblo que siempre se consideró superior a las demás culturas del Chaco.

Los pueblos chipaya, murato e hiruito, todos asentados en el territorio de Oruro, a orillas de los lagos Uru Uru y Poopó, están encasillados como un solo grupo étnico. Su trascendencia siempre fue muy escasa a raíz del dominio expansivo aymara que perduró durante todo el tiempo de la Colonia.

Los toromona son un grupo indígena que se asentó desde hace cientos de años en el departamento de Pando, entre los ríos Madre de Dios, Toromona y Arroyo Asunta. “En la década de los 80 ya eran pocas las familias sobrevivientes que recorrían la selva amenazados por petroleros, madereros y caucheros. Nunca se tuvo contacto formal y actualmente se teme que estén al borde de quedar exterminados”, asegura el antropólogo Wigberto Rivero.

El antropólogo Álvaro Diez Astete, autor del libro Pueblos indígenas y tierras bajas, reconoce que “no existe una información precisa sobre la etnohistoria de los tapieté, porque con el paso de los años se ha subsumido en la historia del pueblo guaraní, por lo que muchas veces son considerados como una parcialidad más de esa macroetnia”.

Las referencias más antiguas sobre esta comunidad asentada en los territorios de Santa Cruz y Tarija se encuentran en documentos y censos de principios del siglo XX.

Subscribe to RSS - etnias bolivia