Leyenda del Sajama y Tata Sabaya

Itza Terrazas Herbas

Según la leyenda, existía en la región una hermosa doncella de nombre Kariquima, ella pasteaba todos los días a su ganado, su hermosura no pasó desapercibida y el Mallku Tata Sabaya, como el Mallku Sajama, quedaron enamorados de la joven.

Tata Sabaya, animado por los yatiris envió una nota de corte a la joven, la misma que fue aceptada con grato placer por la doncella la que veía con agrado la pretensión del enamorado.

En tanto, el soberbio Sajama, al enterarse del idilio, rompió en cólera decidiendo darle una lección por el atrevimiento y para ello tramó una emboscada, donde con su poderosa honda dio un disparo certero al joven Tata Sabaya que apenas pudo huir, con los dientes destrozados, por el extenso salar de Coipasa donde escupió sangre. Con el tiempo cada escupitajo fue convirtiéndose en aislados y pequeños cerros hoy conocidos como Sik'a Qullu Qullunaka.

Se dice que la cúspide del Tata Sabaya dicen que tiene cuatro peñascos inmensos, cuyos morros están separados por una profunda hendidura horizontal que atraviesa de este a oeste, lo que según la leyenda fue ocasionado por Sajama en su disputa por la esbelta Karikima.

Sin embargo, el Mallku Tata Sabaya, no se dio por vencido y tramó una venganza por los daños que le causó su contrincante y para ello, envió conejos silvestres para que le comieran la espalda a Sajama. En efecto así lo hicieron causándole gran dolor y al no poder aguantar más, éste ordenó a su sirviente a buscar a su hermano Illimani para traer un antídoto.

El fiel sirviente al retornar con el requerido remedio para su curación, encontró moribundo a Sajama y sin saber qué hacer cubrió su espalda con densa niebla que luego se convirtió en nieve congelando ahí mismo a los conejos.

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