El gobierno de Gutiérrez Guerra vivió en la zozobra permanente.
La legitimidad de los derechos de Bolivia sobre el litoral Pacífico está fuera de toda duda, igual que la legitimidad sobre el conjunto de su territorio, sin embargo la insistencia de algunos historiadores chilenos en pretender demostrar lo contrario obliga a recordar las bases jurídicas del territorio nacional.
La cultura Tiahuanaco, reconocida como la más importante del pasado prehispánico boliviano, cuyo centro se ubica en el actual departamento de La Paz en las proximidades del lago Titicaca, desarrolló en su período expansivo por lo menos siete asentamientos humanos en el valle de Azapa en plena costa del Pacífico. Este aserto ha sido probado por investigaciones arqueológicas y ratificado por el carbono 14.
Es sabido también que el imperio incaico llegó en el sudoeste de sus dominios a copar regiones del norte de Argentina y el norte de Chile (es decir el territorio boliviano usurpado).
Pero la referencia jurídica más importante es la colonial por una razón básica, porque las naciones americanas aceptaren el concepto romano del uti possidetis juris que quiere decir “como poseéis (hoy) seguiréis poseyendo en el futuro”. Se tomó como punto de partida la delimitación política existente en el año de 1810. La demarcación de entonces fue el punto de partida de las nuevas naciones. En el caso de Bolivia el territorio de la Audiencia de Charcas dependiente entonces del virreinato del Perú. En el territorio en cuestión la Audiencia de Charcas abarcaba desde el río Loa en el norte (al norte de Tocopilla y al sur de Iquique, entonces territorio peruano) a los 21º y el río Salado en el sur (al sur de Taltal y al norte del valle de Copiapó) entre los grados 26 y 27. Las leyes IX y XII de la Recopilación de Indias establecen claramente esa jurisdicción de lo que a partir de 1825 fue el departamento de Potosí.
El 18 de abril de 1548, el pacificador La Gasea que definió los límites entre el virreinato del Perú (Audiencia de Charcas en esa región) y la capitanía de Chile, estableció el paralelo 25 como la demarcación más al norte de Chile. Este mismo criterio fue expresado por don Pedro de Valdivia conquistador de Chile en su carta al emperador Carlos V de 15 de octubre de 1550, en la que menciona textualmente el paralelo 25 como el límite más al norte de su jurisdicción. Queda claro que Chile nunca poseyó territorios más al norte del valle de Copiapó y que esa realidad fue sistemáticamente reconocida en todos los mapas que se publicaron en el mundo hasta 1880. Sobre esa base la soberanía boliviana era indiscutible cuando menos hasta el Paposo en el paralelo 25.