Inicio del conflicto

Si bien la explotación de las riquezas del litoral boliviano comenzaron en 1842 (contrato con el brasileño López Gama), fue en la década de los años cincuenta cuando el tema se volvió importante. En 1858 José Avelino Aramayo en representación de intereses ingleses intentó un contrato con Bolivia para la explotación del guano, competía con el francés Arnous de la Riviere en representación del industrial de ese país Lucien Armand. Después de varios años, en 1866 Riviere convenció al gobierno de Melgarejo y firmó un contrato para explotar 1.500.000 toneladas de guano a cambio de 250.000 pesos a repartir en partes iguales por Bolivia y Chile (en virtud del tratado de 1866). Armand quebró y el contrato se rescindió.

En 1868 el estadounidense Enrique Meiggs, representado por el chileno Lorenzo Claro (de nefasta influencia sobre los círculos de poder boliviano durante la guerra), firmó un documento de préstamo de 4 millones de pesos a Bolivia al 8 % anual, a cambio Bolivia puso como garantía todo el guano descubierto y por descubrir, le vendió el guano a Meiggs a 6 pesos por tonelada y le cedió el derecho de explotación de toda la riqueza mineral del litoral. Meiggs prestó un millón de su dinero y el saldo con las ganancias guaneras. Afortunadamente, el 10 de octubre de 1871 el contrato fue rescindido, pero con una compensación de 800.000 pesos a Meiggs.

El 30 de enero de 1873 el gobierno de Ballivián comenzó la construcción del primer ferrocarril boliviano desde Mejillones hacia Bolivia, lo hizo mediante contrato con Braun, Watson, Martínez y Meiggs. El bloqueo financiero del grupo de la Salitrera de Antofagasta hizo fracasar el proyecto, sólo se construyeron unos pocos kilómetros y finalmente el ferrocarril fue desmantelado.

Pero la verdadera piedra de toque fue el salitre. En 1866 los chilenos José Santos Ossa y Francisco Puelma obtuvieron una increíble concesión del plenipotenciario boliviano en Santiago Mariano Donato Muñoz, derecho exclusivo de explotación de todo el salitre del litoral boliviano. En 1868 Ossa, Puelma y Antonio de Lama crearon la Sociedad Exploradora del Desierto de Atacama que por 10.000 pesos pagados a Bolivia mantuvo el derecho del 66. En 1869 la compañía aceptó capital mayoritario inglés y pasó a llamarse Melbourne y Clarke. Con un capital de 300.000 pesos empezó a explotar con éxito salitre en el salar de El Carmen. En 1872 ante el éxito logrado se creó la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta con sede en esa ciudad. El primer ferrocarril que funcionó en territorio boliviano fue el construido por dicha compañía que en 1873 unió Antofagasta con el salar del Carmen y en 1876 con el salar de Salinas. Para entonces la compañía explotaba 3.000 quintales diarios de salitre.

El 27 de noviembre de 1873 Belisario Pero en representación de la Compañía de Salitres firmó un contrato con Bolivia mediante el cual a cambio de una patente de 40 bolivianos año por estaca explotada (800 metros por 800 metros) obtuvo derecho de explotación por 15 años libre de cualquier otro gravamen, a lo que se sumó el tratado de 1874 ya citado. Entre 1870 y 1876 varias empresas comenzaron la explotación de salitre a despecho de la injusta exclusividad de la Compañía de Salitres pero sin llegar nunca a competir en poder y eficiencia con ésta.

Cabe aquí recordar que importantes miembros del gobierno de Chile, empezando por el Presidente Pinto, algún ministro de su gabinete y jefes chilenos de la campaña militar del 79 eran accionistas de la Compañía de Salitres, lo que explica la diligencia en su defensa intransigente.

El 14 de febrero de 1878, ante la evidencia de la pobreza de la región, las consecuencias del terremoto de 1877 y la largueza con la que se habían hecho las concesiones, el gobierno de Bolivia decidió imponer un impuesto de 10 centavos por tonelada exportada de salitre a la Compañía. La disposición pasaba por alto el tratado de 1874 entre Bolivia y Chile y el contrato de 1873 con la Compañía de Salitres, ambos documentos decían expresamente que la explotación de salitre y guano estaban liberadas de cualquier gravamen. La decisión estuvo en suspenso hasta diciembre de ese año. En enero el prefecto antofagastino embargó los bienes de la Compañía y el I2 de febrero de 1879 el gobierno rescindió el contrato, sobre el supuesto de que al extinguirse el compromiso quedaba resuelto el tema del respeto al tratado de 1874. Pero era tarde, Chile tomó al vuelo la excusa que le daba la nueva ley y decidió la agresión, había encontrado la razón que esperaba para atacar y lo hizo.

Contenidos Relacionados

El gobierno de Gutiérrez Guerra vivió en la zozobra permanente.

Los conservadores eran católicos por tradición. Quizás el más importante de ellos fue Mariano Baptista que dio muestras muy claras de su catolicismo, antes y durante su presidencia. No se puede olvidar tampoco la egregia figura de Juan de Dios Bosque (1829-1890). La confrontación estado iglesia se presentó cuando subió al poder el liberalismo. Muchos eclesiásticos del país, tanto regulares como seculares confundieron liberalismo con socialismo y otro tanto sucedió con el propio concepto de democracia, que a muchos religiosos les sonaba a anarquía.

El nacimiento de un movimiento obrero y sindical en el país fue producto del paso de un sistema de producción pre capitalista al desarrollo y modernización de la industria, particularmente minera, coincidente con el advenimiento liberal. A pesar de ese cambio Bolivia nunca contó con un proletariado significativo, pues no pudo desarrollar una industria importante como lo que tuvieron algunas otras naciones sudamericanas.

El agotamiento de los yacimientos estañíferos de Europa y la demanda de la industria norteamericana y europea que contaba con el estaño como un elemento ideal para aleaciones (hojalata, papel metálico, conservas y un largo, etc.), fueron los activadores del auge minero boliviano en el período 1900-1940.

Patiño es, sin ninguna duda, una de las figuras centrales de la historia boliviana. A su alrededor se teje buena parte del siglo XX en el país y se establece el destino de cientos de miles de bolivianos.

Durante el gobierno de Gutiérrez Guerra el efecto sobre el área rural de la ley 1880 se podía apreciar muy bien con la constatación de que el estado había concebido hasta 1919, 13,4 millones de hectáreas en los ocho departamentos y enl os tres territorios de colonias (Noroeste, Chaco y Oriente).  La recaudación de impuestos (1/2 centavo por hectarea de tierra baldía) alcanzó por este rubro 1,2 millones de Bolivianos en 1918.

Si bien Tamayo es conocido como uno de los grandes poetas de Bolivia, su compilación sobre temas pedagógicos, es ya un clásico y su actividad politica de una intensidad excepcional. Las ideas de Tamayo confontarón las de Arguedas y abrierón un gran debate en el país.