Narra: Pedro Ípamo Jiménez.
El caso de Javier sucedió como en los años 40, 50, 60, parece. Justo para el día del carnaval, este hombre se fue a pescar al río. Ustedes saben que los días de carnaval son sumamente sagrados. Durante estos tres días, el ser humano no puede andar solo. Y a este hombre se le ocurrió por necesidad ir de caza ese día, porque a veces uno no tiene carne. En las comunidades no podemos ir al mercado a comprar carne. Uno tiene que pensar en ir al monte o bien ir al río. Entonces, el domingo de carnaval, Javier, le dice a su esposa: