Cirrosis

Descripción: Es una enfermedad hepática crónica caracterizada por la degeneración de las células del hígado.  Las células hepáticas normales han sido sustituidas por tejido fibroso y se muestran incapaces de realizar las funciones propias del hígado (elaboración de las enzimas digestivas, procesamiento de hormonas, metabolismo de las grasas, eliminación de los productos tóxicos). El hígado se inflama, aumenta de tamaño y deja de funcionar correctamente.

Causas: Hepatitis B y C (infección prolongada), alcoholismo prolongado, Inflamación autoinmunitaria y trastornos en el sistema de drenaje del hígado (el sistema biliar), cirrosis biliar primaria y        colangitis esclerosante primaria, medicamentos y trastornos metabólicos de hierro y cobre.

Síntomas: Confusión, impotencia sexual y desarrollo de mamas en  hombres (ginecomastia), inapetencia, náuseas y vómitos, hemorragia nasal o encías sangrantes, heces de color pálido o color arcilla, vasos sanguíneos pequeños, rojos y en forma de araña bajo la piel, hinchazón o acumulación de líquido  i en las piernas (edema) y en el abdomen (ascitis). Vómito con sangre o sangre en las heces, debilidad, pérdida de peso, coloración amarillenta de piel (ictericia).

Remedios caseros

Sábila: Licuar un pedazo de penca con la cascara de un limón verde, tomar una vez por día y como refresco tomar agua de malva durante el día.

Ajenjo: Hacer una infusión con tres hojas frescas de esta planta en una taza de agua. Tomar cada 8 horas después de los alimentos.

Alcachofa: Hacer cocimiento con 2 cucharadas de hojas secas de esta planta (no de la parte comestible) por una taza de agua, calentar a fuego lento dejándola hervir por un minuto, se deja reposar por 10 minutos. Tomar de 2 a 3 veces en el día durante varias semanas. También puede hacer un cataplasma con las hojas machacadas y cocidas. Se aplica sobre el hígado o la vesícula biliar.

Culantro: Hacer una infusión con 5 gramos de semillas de esta planta por una taza de agua hirviendo. Tomar todos los días antes de acostarse.

Diente de león: Hacer cocimiento de 1 ó 2 cucharaditas de raíz desmenuzada o mezcla de raíz y hojas, en una taza de agua. Se hierve un minuto y se deja reposar 15 minutos. Se toma 1 taza cada 8 horas durante 4 a 6 semanas.

Perejil: Hacer cocimiento compuesto de 30 gramos de raíz desmenuzada de perejil y 20 gramos de raíz desmenuzada de apio en un litro de agua. Se hierve la mezcla durante 15 minutos. Se endulza con miel de abeja y se toma una taza cada 8 horas.

Cebollas: Consumir durante 20 a 30 días de 300 a 500 gramos de cebollas cocidas o guisadas diariamente.

Toronja: Es el enemigo número uno de las afecciones hepáticas y ayuda a depurar la sangre. Tomarla en ayunas. La infusión de la cascara es eficaz para combatir las dolencias del hígado.

Zanahoria: Rica en vitaminas A, B y C. Para la cura de la ictericia y otros trastornos del hígado, se aconseja comer sus raíces crudas o también en jugo.            

Plantas medicinales

Cardo mariano: Esta planta ayuda a desinflamar el hígado, contrarresta los efectos del alcohol y es capaz de regenerar las células dañadas. Tomar algún complemento de cardo mariano. Comer sus hojas tiernas en ensalada.

Diente de león: Decocción de 100 gr. de raíces en litro y medio de agua. Tomar tres tazas al día. Comer las hojas verdes en ensalada o hervidas. Puede tomarla en infusión durante 10 min. de las hojas secas. Tomar 2 o 3 vasos al día.

Regaliz: Se ha comprobado como la ingestión de productos normalizados con glicirricina de la regaliz ejerce una función protectora del hígado, liberándolo de aquellas sustancias tóxicas que le resultan perjudiciales, protegiendo y revitalizando sus células. Esta propiedad es útil para tratar enfermedades del hígado, como la hepatitis B o la cirrosis. 3 comprimidos al día de raíz de regaliz.

Té verde: Protege al hígado y ejerce una acción antivírica sobre el hígado, por lo que resulta adecuado en el tratamiento de la hepatitis. Sus propiedades antioxidantes pueden proteger la degeneración del hígado y ayudar a impedir el cáncer de hígado o la cirrosis. Tomar una infusión de una cucharada de planta seca por vaso de agua. Tomar 3 vasos al día.

Alcachofera: La cinarina es uno de los componentes más beneficiosos para proteger al hígado y para ayudar a curarlo en cualquier afección que le pueda afectar. (Infusión de hojas de alcachofa. Tomar un par de tazas al día).

Menta piperita: Es otra de las plantas muy adecuadas para proteger y desinflamar el hígado y para ayudarle a realizar sus funciones metabólicas. (Tomar una Infusión de una cucharada de hierba seca por vaso de agua. Tomar un par de vasos al día).

Limonero: El zumo de limón constituye un buen remedio para aliviar los picores en el cuerpo que presentan aquellas personas cuyo hígado se encuentra enfermo. Realizar fricciones sobre la piel con zumo de limón.

Artemisa: Hacer un té con 2 cucharaditas de hojas de artemisa por 1/2 litro de agua, se cuela y se toma 3 veces al día en infusión.

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